Aqui tenemos, amigos, a Yolanda. Si guapa por fuera, mucho más por dentro. Una chica sencilla, amable, abnegada... y no menos inteligente. El trato con Adela para disponer del local y elaborar el menú fue obra exclusiva de ella. En las postrimerías, le serví yo de ayudante. Lo narré ya, pero hago hincapié de nuevo para que apreciéis los méritos de Yolanda. Nos quedamos sin flores para ofrecérselas a Sensi. Yolanda atravesó el pueblo de punta a punta bajo el sol canicular del mediodía de aquel 3 de Agosto (35ºC a la sombra), el cuerpo y el alma empapados de sudor, con el ánimo en lo más alto, para conseguir, como así fue, el ramo de flores que veréis por aquí en foto. Gracias, Yolanda. Un aplauso de todos para ti.
Besillos.
Besillos.