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Serán de secano las tierras pedromartineras, no lo niego, pero que nadie me
niegue a mí que son a la vez los suyos suelos fecundos. Para demostrarlo, el melón de muestra. ¡Menuda pieza! El fruto que aquí veis de esta clase de cucurbitácea nada tiene que envidiarle a los famosos melones de la Mancha, esos melones que se venden en Pedro Martínez, en verano, a cinco Euros tres. El dulzor del nuestro es pura miel. Crióse este melón en las tierras de la Zanja, en un haza que fue antaño propiedad de Sotano y hoy posiblemente -no lo sé- de sus herederos. Tierras ubérrimas éstas. Bajando por el Barranco del Caño, sobrepasado el Cortijillo del tío Porcelana, dichas tierras se extienden entre el camino que desciende a la Pasadilla y la Umbría de Sabas, al pie mismo del manantial al que llamábamos Zanja. Era el mes de Agosto de 1980. Corroteaba yo por esos parajes camino de Pozo Bajo cuando descubrí el melonar. ¡Qué ilusión! Con permiso del sembrador-propietario estuve escudriñando mata a mata los voluminosos frutos. Me enamoré del que aquí veis, hermoso como el que más. Y me lo quedé en esta foto que hoy os ofrezco a todos vosogtros, mis amigos.
Un abrazo.
niegue a mí que son a la vez los suyos suelos fecundos. Para demostrarlo, el melón de muestra. ¡Menuda pieza! El fruto que aquí veis de esta clase de cucurbitácea nada tiene que envidiarle a los famosos melones de la Mancha, esos melones que se venden en Pedro Martínez, en verano, a cinco Euros tres. El dulzor del nuestro es pura miel. Crióse este melón en las tierras de la Zanja, en un haza que fue antaño propiedad de Sotano y hoy posiblemente -no lo sé- de sus herederos. Tierras ubérrimas éstas. Bajando por el Barranco del Caño, sobrepasado el Cortijillo del tío Porcelana, dichas tierras se extienden entre el camino que desciende a la Pasadilla y la Umbría de Sabas, al pie mismo del manantial al que llamábamos Zanja. Era el mes de Agosto de 1980. Corroteaba yo por esos parajes camino de Pozo Bajo cuando descubrí el melonar. ¡Qué ilusión! Con permiso del sembrador-propietario estuve escudriñando mata a mata los voluminosos frutos. Me enamoré del que aquí veis, hermoso como el que más. Y me lo quedé en esta foto que hoy os ofrezco a todos vosogtros, mis amigos.
Un abrazo.