Sólo te digo una cosa, Mari Ángeles: Ánimo y a las gachas. Asumir la soledad cuesta un poquillo, es verdad. Yo he tardado tiempo en acostumbrarme a vivir en ella. El pensar que uno puede ser útil a los hijos, a los nietos y a cuantas personas necesiten de ti, eso da ánimos. Pues que ánimos no te falten, niña; más bien tira por la borda todo el lastre que, sin querer, arrastramos, peso éste que ralentiza nuestras iniciativas en lugar de impulsar nuestros deseos. Pues eso, adelante, sin volver la vista
... (ver texto completo)