PEDRO MARTINEZ: Hola Flora....

HOLA PEPEMG ya estoy informada de Mari ANGELES creo que si es cuñada de mi prima Dolores que somos primas hermanas por parte de su madre que hera hermana de mi padre mi padre hera sobrino de el charra que hera algo de juez mi abuela hera hermana de su mujer. volviendo otra vez a MRI ANgeles que yo beo otra que se llama ANGELES Y ME pensabaque hera la misma pero no puede ser por que esta la beo con un tal Rafael que es su marido creo que estaba confundida. lo que me dices del mercdona no te preocupes algun dia nos beremos. detu hermana no me acuerdo de haberla visto nunca preguntale donde me a´visto bueno un abrazo de mi partepera todos FLORA

Hola Flora.

En cuanto a Rafael-Ángeles ya te explicó Sensi. Viven en Granada. Él es de Pedro Martínez. Ella de Montefrío. Dos personas maravillosas.

El Charra, padre de la Charrica que vivíó en Ramón y Cajal, frente a las Sabas, después de la guerra y, más tarde, en la calle San Antonio, cerca del Carabinero; padre también de Rafael el Charra que vivió en la calle Huertos, detrás de las Sabas, al lado de la Carlotilla; padre también de... mujer, no recuerdo el nombre, que enloqueció. a esta mujer su padre la tenía encerrada en la casa de la Patrocinio de la Repela, mujer de Rabillo; Una noche de verano tenía unos cantares... de pronto enmudeció; Don Serafín -tomábamos el fresco en la puerta de su casa él, los seminaristas y yo- me dice: Pepe, tú que estás más próximo asómate a ver qué hace. Voy, me asomo por el ojo de la cerradura y ella estaba también, desde dentro, mirando por la cerradura. Ojo frente a ojo ¡qué impresión! Ella al verme, gritó ¡eeeeeeeh, mierda! Don Serafín pegó un salto, cogió su silla y se metió corriendo en su casa; los seminaristas y yo hicimos lo mismo y nos marchamos más que ligero cada cual a su casa. El Charra padre vivía en calle Cervantes, entre la casa de Don Antonio el Médico y Doña Ana, la maestra. Se le conocía también con el apodo de "Picapleitos" por eso que tú dices: "algo de Juez".

En cuanto a mi hermana Angustias, dice que viniendo ella con unas amigas del baile en Horta, estando en San Andrés, parada autobús, trabaron conversación con otras mujeres de Montcada-Masrampinyo, una de ella estaba aprendiendo sevillanas que se supone que serías tú; pero no, no os conocéis.

Venga, Flora, un abrazo