El temporal nos da una tregua pero este fin de semana el
Rio Ebro cumplió su amenaza y convirtió las
calles de Miranda en su cauce, y es que las peores previsiones no solo se cumplieron sino que se superaron con creces ya que rio alcanzó los siete metros anegando ademas de las zonas aledañas, gran parte del centro urbano. Muchas calles quedaron convertidas en autenticas
piscinas en las que solo sobresalían
señales y farolas. Los sacos de arenas fueros insuficientes para frenar la crecida y algunos
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