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PEDRO MARTINEZ: SEGUNDA PARTE LLEGA LA REPUBLICA...

SEGUNDA PARTE LLEGA LA REPUBLICA
La nueva situación se haga sentir en Fuente Caldera, cuando, como explica en Pedro Líndez 4 el juez de Guadix obligó a la administración de la finca a pagar unos jornales que debía a sus jornaleros.

"La marquesa Debi una" porro "de jornales. Y denunciaron los obreros que no las pagaba el administrador. Entónces era ya Don José Grau. La marquesa no le Daba poder a Don José Grau para que vendiera el tardo y pagara. Y entónces el juez de Guadix ordena al juez de Pedro Martínez que abriès los graneros y las dieran tardo Hasta pagarlo los jornales ".

De lo contrario, nuestros testigos tienen una visión muy fugaz de las mejoras que la República pudo introducir. La mayoría eran muy jóvenes, casi niños y tienen pocos recuerdos del período o del que significó. Como dice en Joaquín " ¡Yo que sabía lo que era una república "! O en J. Ramón que nos cuenta lo que hacía, "en la República era yo alguacil del Partido Socialista, de la Juventud Socialista de Pedro Martínez. Yo era el que arreglaba la habitación y llevaba los braseros. Porque entónces teniamos nosotros el horno y llevaba los braseros allí para el día que habia junta. Yo tenía que abrir la puerta y tenía que cierra aquel y tenía que limpiarlo "pan" cuando iban a la junta a las ocho de la noche oa las nueve. Después de cenar, la gente IBA en la junta allí al centro. Yo era el que tenía de cerrar y abrir la puerta y tenerlo todo "cuidao" ".

El Ángeles por su parte recuerda "en el pueblo eran socialistas pero entónces no estaba la gente como ahora tan" espabilar "con los Partidos".

Durante la República el problema agrario fue, junto con la cuestión religiosa, uno de los temas más virulentos de la época. La toma de posiciones antirrepublicanas los sectores perjudicados en los intentos de reforma agraria es una de las claves para comprender qué pasó en la Segunda República Española. El gobierno de coalición había prometido de forma inequívoca, la redención de la gente del campo. Durante el primer bienio republicano las normas desplazaron por primera vez, el peso de la ley de los propietarios a los obreros rurales. Era el prólogo de una reforma que se quería profunda para transformar las estructuras del campo español. Pero la reforma agraria no fue considerada, de hecho, una cuestión de urgencia en la intensa obra legisladora del primer parlamento republicano. Por otra parte, su redacción provocó inmensos problemas legales y técnicos, que sumados a los fuertes intereses políticos y económicos que rodeaban la cuestión, explican el porqué de una serie de proyectos desestimados y el resultado final: una ley compleja y de difícil aplicación. Los terratenientes, con todo, quedaron asombrados del proceso, pues paralelamente a los cambios legislativos, comprobaban como en sus localidades iban perdiendo sus, hasta entonces intocables, privilegios. Veían cómo se sustituía su poder por los elementos socialistas o republicanos radicales. Y reaccionaron rápidamente, y en todos sentidos, no consintiendo que se consolidara esa tendencia. El titubeo de las izquierdas los primeros meses de la República y el combate frontal de la derecha no sólo hicieron fracasar la Reforma Agraria sino que también en la misma República. explican el porqué de una serie de proyectos desestimados y el resultado final: una ley compleja y de difícil aplicación. Los terratenientes, con todo, quedaron asombrados del proceso, pues paralelamente a los cambios legislativos, comprobaban como en sus localidades iban perdiendo sus, hasta entonces intocables, privilegios. Veían cómo se sustituía su poder por los elementos socialistas o republicanos radicales. Y reaccionaron rápidamente, y en todos sentidos, no consintiendo que se consolidara esa tendencia. El titubeo de las izquierdas los primeros meses de la República y el combate frontal de la derecha no sólo hicieron fracasar la Reforma Agraria sino que también en la misma República. explican el porqué de una serie de proyectos desestimados y el resultado final: una ley compleja y de difícil aplicación. Los terratenientes, con todo, quedaron asombrados del proceso, pues paralelamente a los cambios legislativos, comprobaban como en sus localidades iban perdiendo sus, hasta entonces intocables, privilegios. Veían cómo se sustituía su poder por los elementos socialistas o republicanos radicales. Y reaccionaron rápidamente, y en todos sentidos, no consintiendo que se consolidara esa tendencia. El titubeo de las izquierdas los primeros meses de la República y el combate frontal de la derecha no sólo hicieron fracasar la Reforma Agraria sino que también en la misma República. caro paralelamente a los cambios legislativos, comprobaban como en sus localidades iban perdiendo sus, hasta entonces intocables, privilegios. Veían cómo se sustituía su poder por los elementos socialistas o republicanos radicales. Y reaccionaron rápidamente, y en todos sentidos, no consintiendo que se consolidara esa tendencia. El titubeo de las izquierdas los primeros meses de la República y el combate frontal de la derecha no sólo hicieron fracasar la Reforma Agraria sino que también en la misma República. caro paralelamente a los cambios legislativos, comprobaban como en sus localidades iban perdiendo sus, hasta entonces intocables, privilegios. Veían cómo se sustituía su poder por los elementos socialistas o republicanos radicales. Y reaccionaron rápidamente, y en todos sentidos, no consintiendo que se consolidara esa tendencia. El titubeo de las izquierdas los primeros meses de la República y el combate frontal de la derecha no sólo hicieron fracasar la Reforma Agraria sino que también en la misma República.

Después del primer proyecto de reforma agraria, siguieron unos cuantos más, unos más moderados, otros más radicales. El levantamiento frustrado de Sanjurjo el 10 agosto de 1932 tuvo como consecuencia la radicalización y aceleración de todos los proyectos republicanos de 1932.
Los grandes propietarios pronto crearon la Agrupación Nacional de Propietarios de Fincas Rústicas y conjuntamente con todos los sectores monárquicos y conservadores, redoblaron los esfuerzos para volver a cambiar la situación. Y, así, ya antes del bienio negro, la clase trabajadora vio cómo se torcían las cosas y devolvía la explotación.

En verano de 1932, la "Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra" (FNTT) solicitó reiteradamente al gobierno que hiciera efectivo el turno riguroso en la contratación de los jornaleros del campo. La realidad fue que la nueva Ley de Arrendamientos ratificó el poder absoluto de los propietarios al derogar ciertas limitaciones establecidas anteriormente. La nueva situación permitía que cualquier propietario que quisiera deshacerse de un arrendatario pudiera hacerlo con toda facilidad. Y aquellos que no fueron expulsados, probablemente se vieron obligados a pagar rentas más altas. Durante 1933 la situación económica y social se fue deteriorando y en abril del mismo año culminó la reorganización patronal con la convocatoria de una gran asamblea en Madrid el 18 de septiembre,