MUJERES DE PEDRO MARTINEZ EN LA CARCEL
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SEGUNDA PARTE
La Ma. Jesús y Antonia recuerdan nueve mujeres del pueblo encarceladas al finalizar la contienda: la misma Antonia "de la Eustaquia", la Josefa "del Frasquillo de Guadix", la María "del Platanico", la Enriqueta "del contribución", Trini "del barbero", la Virginia, la "tía del pozo", la Dolores "la Pradica" y la Toredera. Cuatro de ellas murieron en prisión sin haber recobrado la libertad. Este fue el alto precio que pagaron las mujeres de Pedro Martínez luchando por una sociedad que soñaban más justa y solidaria.
Las leyes penales republicanas fueron anuladas por el decreto del 22 de noviembre de 1936 que restableció el reglamento de prisiones anterior a la II República (reglamento de 14-XI-1930). El 7 de octubre de 1938 se crea el Patronato Central para la Redención de Penas por el Trabajo, que con fecha del 27 de abril de 1939 fue puesto bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced como patrona de los cautivos. La redención de pena por trabajo, suponía un día de libertad por cada dos de trabajo.
Antonia cumplió cuatro años de prisión porque redujo la condena de doce años y un día a través del trabajo. Cuatro años que transcurrieron, primero en Granada después en Málaga, intentando organizarse para soportar la situación. Así, Antonia y las compañeras de prisión, gracias a la juventud ya unos ideales que ni las calamidades ni los sufrimientos marzo, pasaron aquellos años sin libertad de la mejor manera que pudieran.
Como señala Ricard Vinyes las personas encarceladas no fueron simples agentes de sufrimiento, observado en relación al poder interno de la prisión, aparecen como personas con voluntad y capacidad de comprender lo que sucede en su entorno, y de responder con los medios y actitudes que consideraron oportunos. Tenían dos finalidades inseparables en el contexto carcelario: salvar la vida y afirmar su identidad política. Para algunas personas el cierre fue el camino hacia la anulación, pero para muchas otras prisión fue un aprendizaje muy duro con el que consolidaron sus convicciones y, a través de ellas, su identidad. La historia penitenciaria del Antonia es un ejemplo de este segundo caso.
Prisión de las Ventas
"Y allí estuvimos púas ¡cuatro años!, case. A mí me faltaba poco. Yo ya redimido penas por el trabajo. En aquella cárcel estabamos organizadas igual ¡Allí estaba en la cárcel, la flor y nata de la juventud comunista! ¡Pero es que allí, pues mira! ¡Es que éramos!
Los centinelas, habia cuatro garitas que Daban al patio de la cárcel, y siempre aparecieron por "asomaos" ¡Centinela alerta! ¡Alerta! Así Dando señal de vida.
Había una chica de Granada, se llamaba Lidia Monleón, era de Albaicín ¡Eso era canela en rama! Y salíamos al patio, entónces jugabamos a la rueda. Jugabamos a la rueda y decíamos:
¡El corro chirimbolo que bonito es,
! Con un pie, Otro pie, con un codo, ¡Otro codo!
Antonia canta la canción y termina alzando el puño tal como lo hacían en la cárcel. Toda pícara recuerda anécdotas y demuestra que la falta de libertad no hizo perder el humor y la alegría a aquellas chicas luchadoras.
"Y Dijo un militar, ¡me señal con la bayoneta!, que a los de estoa [levantando el puño en alto], que nos iban a Cortes en" toos "el cuello. Y salta ella, Lidia Monleón, y dice: " ¡Pero Chiquillo! ¿Qué te creas tú? ¡En la calle mandaréis los fascistas, pero en la cárcel, mandamos los rojos! "Y liábamos otra vez los corros del coro chirimbolo ¡Vaya!".
¡Claro si éramos jóvenes! No pensabamos en las consecuencias que podían traera eso ¡Pues niña! Dierón un parte al director, y, serían las once de la noche, las diez o por ahí de la noche, Cuando echaron a todas al patio a formar ¡Mira aquella noche, Con toda el patio a ver quién Había Sido, quién le habian DICHO eSO a los militares y quien las había DICHO a los militares que en la cárcel mandaban los rojos, y Quienes éramos de Negrín, y todo aquel!
¡Y allí, nadie, nadie Dijo, ni fulana ni la Zutano!
Nosotras es que nos poníamos, habiamos un grupo, pues ya ves ¡un grupo de mujeres revolucionarias! ¡Pero Todas comunistas! Nos ponían a la parte de abajo, y claro nosotras púas, Cuando Cautabán el Cara el Sol, nosotras el cantábamos en viceversa, y con la mano así [salunda como los comunistas], ¡claro no así! [saludo fascista]. Cuando cantábamos el Cara el Sol, nosotras el cantábamos a la contra ".
Antonia con el puño atado y alzado nos canta la tonada del Cara el Sol con la letra inventada:
"Cara al sol con la camisa rota
estamos presos y sin comer
hallaras la muerte si me lega
pero roja debo ser.
Luchas ante mis Compañeras
que están luchando en el extranjero.
¡Arriba rojos a vencer
que vuelve
a España otra vez!
¡Y yo que sé, la pila de cosas, de coplas que nos sacábamos! Y luego las coplas que teniamos de cantar en el Recuento, antes de ¿cómo te diría yo?, antes de romper filas. Pues primeramente teniamos que cantar: "Nace el día que no muere". Y nosotras Cuando llegábamos, la cantábamos, decíamos:
Nace el día que no muere,
brilla de nuevo Nuestro sol,
resucitado Dios lo quiere
el pueblo español.
En la patria que me... (...)
siempre tose hijos a llorar
todos los pesares que sufrir me hicieron
Hasta sume Redención.
¡Españoles por la Patria vamos a luchar!
¡Españoles firmas con las armas a triunfar!
Siempre miedo Azaña lucharemos Hasta el morir,
grande debe ser la dicha
Cuando regrese Negrín.
Alza la bandera, la del Frente Popular.
¡Qué viva el comunismo que en todo el
mundo ha de triunfar!...
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SEGUNDA PARTE
La Ma. Jesús y Antonia recuerdan nueve mujeres del pueblo encarceladas al finalizar la contienda: la misma Antonia "de la Eustaquia", la Josefa "del Frasquillo de Guadix", la María "del Platanico", la Enriqueta "del contribución", Trini "del barbero", la Virginia, la "tía del pozo", la Dolores "la Pradica" y la Toredera. Cuatro de ellas murieron en prisión sin haber recobrado la libertad. Este fue el alto precio que pagaron las mujeres de Pedro Martínez luchando por una sociedad que soñaban más justa y solidaria.
Las leyes penales republicanas fueron anuladas por el decreto del 22 de noviembre de 1936 que restableció el reglamento de prisiones anterior a la II República (reglamento de 14-XI-1930). El 7 de octubre de 1938 se crea el Patronato Central para la Redención de Penas por el Trabajo, que con fecha del 27 de abril de 1939 fue puesto bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced como patrona de los cautivos. La redención de pena por trabajo, suponía un día de libertad por cada dos de trabajo.
Antonia cumplió cuatro años de prisión porque redujo la condena de doce años y un día a través del trabajo. Cuatro años que transcurrieron, primero en Granada después en Málaga, intentando organizarse para soportar la situación. Así, Antonia y las compañeras de prisión, gracias a la juventud ya unos ideales que ni las calamidades ni los sufrimientos marzo, pasaron aquellos años sin libertad de la mejor manera que pudieran.
Como señala Ricard Vinyes las personas encarceladas no fueron simples agentes de sufrimiento, observado en relación al poder interno de la prisión, aparecen como personas con voluntad y capacidad de comprender lo que sucede en su entorno, y de responder con los medios y actitudes que consideraron oportunos. Tenían dos finalidades inseparables en el contexto carcelario: salvar la vida y afirmar su identidad política. Para algunas personas el cierre fue el camino hacia la anulación, pero para muchas otras prisión fue un aprendizaje muy duro con el que consolidaron sus convicciones y, a través de ellas, su identidad. La historia penitenciaria del Antonia es un ejemplo de este segundo caso.
Prisión de las Ventas
"Y allí estuvimos púas ¡cuatro años!, case. A mí me faltaba poco. Yo ya redimido penas por el trabajo. En aquella cárcel estabamos organizadas igual ¡Allí estaba en la cárcel, la flor y nata de la juventud comunista! ¡Pero es que allí, pues mira! ¡Es que éramos!
Los centinelas, habia cuatro garitas que Daban al patio de la cárcel, y siempre aparecieron por "asomaos" ¡Centinela alerta! ¡Alerta! Así Dando señal de vida.
Había una chica de Granada, se llamaba Lidia Monleón, era de Albaicín ¡Eso era canela en rama! Y salíamos al patio, entónces jugabamos a la rueda. Jugabamos a la rueda y decíamos:
¡El corro chirimbolo que bonito es,
! Con un pie, Otro pie, con un codo, ¡Otro codo!
Antonia canta la canción y termina alzando el puño tal como lo hacían en la cárcel. Toda pícara recuerda anécdotas y demuestra que la falta de libertad no hizo perder el humor y la alegría a aquellas chicas luchadoras.
"Y Dijo un militar, ¡me señal con la bayoneta!, que a los de estoa [levantando el puño en alto], que nos iban a Cortes en" toos "el cuello. Y salta ella, Lidia Monleón, y dice: " ¡Pero Chiquillo! ¿Qué te creas tú? ¡En la calle mandaréis los fascistas, pero en la cárcel, mandamos los rojos! "Y liábamos otra vez los corros del coro chirimbolo ¡Vaya!".
¡Claro si éramos jóvenes! No pensabamos en las consecuencias que podían traera eso ¡Pues niña! Dierón un parte al director, y, serían las once de la noche, las diez o por ahí de la noche, Cuando echaron a todas al patio a formar ¡Mira aquella noche, Con toda el patio a ver quién Había Sido, quién le habian DICHO eSO a los militares y quien las había DICHO a los militares que en la cárcel mandaban los rojos, y Quienes éramos de Negrín, y todo aquel!
¡Y allí, nadie, nadie Dijo, ni fulana ni la Zutano!
Nosotras es que nos poníamos, habiamos un grupo, pues ya ves ¡un grupo de mujeres revolucionarias! ¡Pero Todas comunistas! Nos ponían a la parte de abajo, y claro nosotras púas, Cuando Cautabán el Cara el Sol, nosotras el cantábamos en viceversa, y con la mano así [salunda como los comunistas], ¡claro no así! [saludo fascista]. Cuando cantábamos el Cara el Sol, nosotras el cantábamos a la contra ".
Antonia con el puño atado y alzado nos canta la tonada del Cara el Sol con la letra inventada:
"Cara al sol con la camisa rota
estamos presos y sin comer
hallaras la muerte si me lega
pero roja debo ser.
Luchas ante mis Compañeras
que están luchando en el extranjero.
¡Arriba rojos a vencer
que vuelve
a España otra vez!
¡Y yo que sé, la pila de cosas, de coplas que nos sacábamos! Y luego las coplas que teniamos de cantar en el Recuento, antes de ¿cómo te diría yo?, antes de romper filas. Pues primeramente teniamos que cantar: "Nace el día que no muere". Y nosotras Cuando llegábamos, la cantábamos, decíamos:
Nace el día que no muere,
brilla de nuevo Nuestro sol,
resucitado Dios lo quiere
el pueblo español.
En la patria que me... (...)
siempre tose hijos a llorar
todos los pesares que sufrir me hicieron
Hasta sume Redención.
¡Españoles por la Patria vamos a luchar!
¡Españoles firmas con las armas a triunfar!
Siempre miedo Azaña lucharemos Hasta el morir,
grande debe ser la dicha
Cuando regrese Negrín.
Alza la bandera, la del Frente Popular.
¡Qué viva el comunismo que en todo el
mundo ha de triunfar!...