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PEDRO MARTINEZ: MUJERES EN LA CARCEL...

MUJERES EN LA CARCEL
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TERCERA PARTE
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Y hija mía, allí las que habiamos! no teniamos miedo! Una noche, Cuando el aniversario de la Revolución de Octubre, me pongo en la baranda a echar ¡cómo un mitin! Y vienen "toas" ¡a media noche! ¡No se sentía una mosca! Y las que habia acercado allí abajo en los soportes, subimos llega. Estabamos llega en el corredor y dormíamos en el,... ¡coño en el recinto! Un tejadillo bien pequeño, Porque aquel era un espacio muy pequeño. Y cómo era la revolución de octubre, digo: "aquí nos vamos a echar nosotras un mitin".
Habla una que era de Jaén, este si era buena també. Se llamaba Prudencia Chico Barrio y no le decíamos ¡"na" más que la Pasionaria! Y aquella dio sume discurso. Y yo, pues Echea Otro també allí. Y estaba un guardia, de los que habia para la comunicación. En la comunicación, Dentro Había un guardia para ver si algún preso se salio con la comunicación o algo. Y este, pues se metio allí y las Dijo a las monjas que qué pasaba que las mujeres aparecieron por "sublevan".
Entónces ya aquellos del mitin, yo siguió. Entónces digo: " ¡no! ¡Si nosotras no damos Mitin! ¡Si lo que estamos cantando! ". Por encima de nosotras Había una ventana que Daba al patio locutorio, donde aparecieron por los presos. Y digo, "no nosotras, yo las he" estao "cantando unas coplas dentro de los presos".
Dice: " ¿qué coplas has" estao "cantando?".
Digo: " ¡Pues coplas! Pues he "Cantaré" un fandangillo ".
¡Y le cante un fandangillo y todo! "

Estaban hombres y mujeres encarcelados en la misma prisión, pero en compartimentos diferentes, aún así lograban establecer comunicación.

"Nos mandaban las cartas los hombres del departamento. Las tiraban. Las ligaban en una piedra y las tiraban a fuer al patio Porque como nos separaba ¡solamente la verja y las paredes! Estabamos Dentro de la MISMA cárcel los hombres y las mujeres, pero en distintos Departamentos ¡Qué nos escribíamos con ellos! Ahora que había una monja, la hermanita Angustias, aquella era una santa, y para mí era una ¡bellísima persona! Venía allí y... ¡Porque yo me escribía con uno, también del partido comunista, este era médico, se llamaba Don Gaspar! Se viene que, por oído, por los paisanos que había allí de Pedro Martínez: los cañeras, Manolico cañeras, en fin, Manolito "el de barriga", muchos paisanos que había allí, ¡claro le hablaban de las mujeres que allí estabamos del partido y le hablaban de mí! Y uno me escribio una nota felicitándome por la Navidad.
Y yo dije que sí, que yo no tenía ningún inconveniente, que, siéndo camaradas, y aúnque no hubiera Sido del Mismo partido, Porque un hombre que estuviera sufriendo por lo mismo que yo, por la causa, que sí. Y este Rafaelito "del médico", que ahora se "magistrao" en el Supremo de Madrid [el hijo de Rafael Casares], pues, este també pidio comunicación para varios presos també de la Modelo. Y El y yo nos comunicábamos como si fueramos primos hermanos. Se apellidaba Antonio Casares Valle. Su apellido era igual. Bueno no sé como decirte, que nos apellidábamos un apellido del cono el mío y el mío con el del. Y nos comunicábamos por la comunicación como si hubieramos Sido familia. Porque si no hubiera Sido familia no nos dejaban. "

Antonia a diferencia de la mayor parte de las chicas de su de edad de Pedro Martínez, no era analfabeta y aprovechó los años de prisión para formarse; especialmente dedicó tiempo a escribir poemas y canciones. Con la poesía expresó la amistad y el amor que un temperamento vivo y los años jóvenes permitieron preservar a pesar de su cautiverio.

"Me tiraba la inclinación el saber y leer y escribir. Yo en la cárcel també aprendí. Yo tenía, Hacia mis Escritos. Que quiero Decir que casi me "enseñao" yo sola. Porque en la escuela IBA un día sí Otro no. Algo aprender también, pero yo mayormente donde he aprendido FUE fuera de la escuela. Sí, en la cárcel FUE donde yo mayormente aprendí.
¿Quieres que te diga un recital de amor que yo compuse? También se bonita. Dice:

Donde una lumbre se Enciende
ceniza queda
En nuestro corazón noble
amor queda.
La fatalidad el manda
las circunstancias ordenan
pero Dejar de quererte
¡No! No hay quien pueda.

Hoy oculto Nuestro Amor
Hace la vida que
sea oculto: ¡Sí!
más no muerto.

Morir no puede un amor
Cuando se noble y se sincero,
el han forjado los martirios
y las penas y el sufrimiento.

¡Qué grandes son los obstáculos
que hoy encuentro en mí camino!
más todo el levanto con gusto
confío tanto en ti cariño.

Cuando triste y solo extendido
acaríciame en tus brazos
púas bien sabes
que mi espíritu no se aparta
de tu lado.

Y sí alguna vez en tus labios
siento un contacto frío
son besos lienzos penas
que depositan los míos.
¡Ni miedo nada ni miedo nadie
Déjà de amarte!
Un momento me bastón para quererte
y una felicidad eterna
no sería el suficiente para olvidarte.

¡Romper Nuestro cariño! ¡No!
no hay quien Lo Puedo.
Donde una lumbre se Enciende
ceniza queda.

Me Quer. Sí, sí era Cierta. Por eso digo que Tiene que ser algo, era també del partido comunista ¡Madre mía! Sí ¡Me escribía Unos versos! Antes de conocerme miedo mediación de los paisanos, me escribía Unos versos. Me escribio dos versos que decían, no recuerdo, que me veía blanca como el marfil ¡Yo qué sé! Y mi frente parecida al trono de la inteligencia. Y Cuando se entero que yo era del PC como el... ¡Desde luego qué tíos más buenos Había allí en la cárcel! ¡Qué buenos ideales! ¡Qué buenos sentimientos y buenas personas! Veras tú, aún no es me conocés y dice:

Desde el pie de este Recinto
contemplando estoy la voz
pronunciada por tus labios
al cantar una canción.
Las notas que tú garganta
lanzaban al aire esparcidas
llenaban mi corazón
de ternura y alegría
Dejando como en el olvido
cosas que me entristecían.

Yo Alzabares miedo completo la mirada
al sitio donde salian
las letras de ti cantar
a pesar de la Expresión
sonora y clara que Dabas
se marchaban de mí mente
las palabras pronunciadas
¡Por labios que no conozco!
y me figuro de grana.

Debe ser el llamativo
y color de super cara.
De tanta como cantaste
Sólo pudes comprender
esta frase que tan llena
¡de dulce la embalsamaste!:
"por un beso de tus labios
no sé de que Darío yo".
¡Qué felicidad infundía
estas palabras de amor,
sí a lo que iban dirigidas
hubiera estado como yo,
con la vista fija en el cielo
y el oído en ti canción.

Cual tose palabras fueran
estrellas, luna y el sol.
¡Cuánto Daría miedo verte y
tenerte un rato a mi lado!

Y como si fueras flor
cogerte yo entre mis manos,
aspirar de este perfume
embriagador y tan sano
que brotará del jardín
entre claveles y nardos.
¡Cuando más emocionado
de alegría me encontraba
vino a mis oídos una voz,
la de la triste campana
espantando las palomas
que a mi lado se encontraban!

Esa poesía se refería a una vez que dicen: "que han" Llamas "a la rubia de Pedro Martínez" - a mí me decian la rubia de Pedro Martínez. Cuando siento una voz (y era éste), que dice: "A petición de tus paisanos y mañana Compañeros, ¡cántanos un fandanguillo!". Y claro, yo las cante ese fandanguillo, como una canción que dice:

Yo te quiero con locura
y te adoro con pasión
por un beso de tus labios
No sé de que Darío yo.

Por eso dice [el poema que compuso el chico]: ¡Que felicidad infundían esas palabras de amor!
Pues luego las cante un fandanguillo ¡hay que bien rima!

No te fías de mujeres
que, aúnque las veas llorar
Hacen muy bien los papeles...

Y en fin ¡yo que sé! Pero a todo esto, se ponían así "mirada" [las compañeras de prisión] y yo me subio en el alto de ellas, para yo legar un poco en las ventanas, Porque la ventana estaba baja, para que de allí el sintio ¡desde luego! ¡Sí se que la juventud! ¡Es que somos! ¡Bueno, éramos! De verdad. Y Cuando hay un ardor, bueno revolucionario, contra eso no hay "na"... Y Cuando nos poníamos, nos subíamos a las ventanas y si habia algún centinela decíamos: " ¡que fascista y que malo!".
Me pongo enfrente de la ventana del centinela ¡pero cantándole!, le decia:

Si hueso queréis casar con las chicas de aquí
Os Tenes que afiliarse a los que Hacen así ".

Antonia ríe y canta el chotis y alza el puño al terminar la canción. Reconoce que solo la juventud y la fe revolucionaria hacía posible conservar la alegría en momentos como aquellos. Pero no es necesario explicitar que no era la alegría y la fiesta la nota dominante de la prisión. Hemos visto que del grupo de mujeres de Pedro Martínez encarceladas cuatro murieron antes de disfrutar de libertad. Un régimen de falta de libertad caracterizado por una arbitraria disciplina, el trabajo duro, por una deficiente alimentación, por unas relaciones siempre jerárquicas, con condiciones embrutecedoras, requería una vigilancia permanente y severa por parte de las presas para no dejarse ensuciar "para no sucumbir físicamente, psicológicamente y sensorial, en la enajenación mental que la permanencia "en la cárcel podía llevar a cabo, nos lo explica G. Di Febo.