TERCERA PARTE LA MILITANCIA FEMENINA
A Pedro Martínez el líder socialista Rafael Casares sugirió al Antonia la conveniencia de que las mujeres se asociaran independientemente de los grupos políticos. Esta chica no era socialista pero destacaba en el pueblo por su actividad y su carácter. Además la Agrupación, a pesar de ser llevada principalmente por comunistas, tenía la pretensión de ser una organización amplia y unitaria. Y en Rafael Casares era un político honesto que creía sinceramente en la necesidad de que las mujeres participaran de la vida política del país. Lo concretaba en su pueblo porque creía indispensable que las fuerzas antifascistas tuvieran un crecimiento a partir de la movilización de todos los posibles sectores. Aparte, a pesar de las reticencias y los problemas existente, socialistas y comunistas trabajaban conjuntamente dentro del Frente Popular.
"Y yo ya me PUSE en contacto con esta Emilia Díaz, una chica formidable. Nos Dijo de la manera que hay que actuar, y que nos pusiéramos en contacto con ella Cuando me hiciera falta algo. Yo le escriba de que nos orientase sobre Nuestra agrupación de mujeres. Y ya púas, constituimos la Agrupación de Mujeres Antifascistas. Que allí, pues era, estabamos Todas las tendencias. Estabamos comunistas, socialistas, algunas de la CNT y sin partido ".
Formada la agrupación eligieron la directiva compuesta por unas seis mujeres. Antonia recuerda especialmente su amiga Trinidad Espínola, María Elval Quesada y "la del Caterino" del Partido Socialista. Fijaron la sede de la agrupación en la misma casa donde socialistas y comunistas tenían el local. La primera ocupación fue amueblar y arreglar el piso. Junto a los chicos de las juventudes fueron los "cortijos" donde los regalaron muebles viejos para la nueva sede.
Con todo, la agrupación no demostró un especial interés en transformar las mujeres y romper los diferentes roles establecidos para hombres y para mujeres. De hecho no se cuestionaron la tradicional división sexual del trabajo, ni la segregación ocupacional y social de las mujeres. Entre sus actividades no figura ninguna de estrictamente dirigida a mejorar la situación de las propias mujeres. Tres fueron las tareas fundamentales que realizaron una vez iniciada la conflagración. Una, pedir, a menudo acompañadas por los chicos, donativos por el pueblo y por los "cortijos" para ayudar a cubrir las necesidades del frente. "Y Todas las que habiamos, Todas las que nosotras decíamos" que vamos al donativo ". Ellas venían sin faltar. "Recuerda Antonia," Inclusive, Hasta Emilio Vílchez, que era un gran señor del pueblo, pero també de izquierdas igual que Don Rafael Casares, sume hijo IBA con nosotras a expedir donativos. Pedíamos donativos para mandarlos al frente que más falta haci. El último que mandamos FUE para Madrid ".
Dos, organizar un taller colectivo de confección. La producción se dedicaba exclusivamente a las necesidades del frente. Y, tres, al final de la guerra, cuando la necesidad de efectivos en el frente vació el pueblo de hombres, se dedicaron, además, a trabajar en el campo para que no se perdieran las cosechas. No era nuevo en la historia, el Evelyne Sullerot ya estudió como las mujeres sustituyen al hombres cuando están en la guerra.
"Luego ya Ultimamente se llevaron todos los hombres... Cuando la quinta del saco. Los viejos y todo hacían la guerra. Nuestra labor era entónces... ibamos, ¡Claro! Ya habia de ponerses en activo, para ir al campo a Trabajo. En fin, acero cosas para no Dejar la cosecha que se quedaba al amparo de la tierra, sino que nadie la tocara.
Melendreras 1623 1938 73 × 51 Madrid Comisariado de Guerra
Las mujeres de Pedro Martínez organizaban las tareas según las necesidades estudiadas previamente por las que dirigían la Agrupación. Es evidente que las actividades de esas chicas era conocida por las mujeres y los hombres de aquella pequeña comunidad, sin embargo sorprende que este ingente movimiento solamente el contara la propia Antonia. La memoria, evidentemente, selecciona y recuerda las cosas que se consideran importantes según las circunstancias, o los hechos que más impacto produjeron en su momento o según lo aprendido más tarde a considerar importante ¿No impactó en su forma de hacer y de pensar tradicional el comportamiento de aquellas chicas de formas más abiertas, especialmente en cuanto a la relación más franca que tenían con los hombres? ¿No dieron importancia a las mujeres del pueblo a la actividad que realizaban aquellas jóvenes luchadoras antifascistas?
Quién sabe si el hecho de que todas ellas eran chicas jóvenes solteras hacía que las casadas del pueblo no se identificaran. Para las mujeres con familia las cosas de la agrupación no formaban parte de sus inquietudes. La agrupación de mujeres antifascistas, aunque, evidentemente, formada por mujeres, pertenecía a la esfera política, a un mundo exclusivo y tradicional de algunos hombres. Pero muchas mujeres han recordado sucesos políticos y sociales protagonizados por los hombres, mientras olvidaron la asociación de las chicas. Podemos pensar que no se trata del olvido de un hecho que pertenece a la esfera pública, propio de los hombres, sino un silencio sobre una parte de la propia cultura no considerada importante para ellas mismas. No entendida como parte de la historia colectiva. Y. Lequin y J.
Esta peculiaridad de la cultura popular de subestimarse, se agudiza notablemente cuando pertenece a la esfera puramente femenina. Sigue el mecanismo que Luisa Passerini considera la más sutil victoria de la presión ideológica de las clases dominantes: conseguir la negación de la propia existencia por parte de los mismos dominados.
La interpretación de las carencias, de las distorsiones según las cosas que pensamos conocer, está en el centro del análisis de la historia oral. ¿Por qué una persona deja de referir un hecho vivido por ella? Para que una comunidad no recuerda una realidad que ha marcado su existencia? Se trata de mala memoria, de minimizar un fenómeno que no merece ser señalado, de una ocultación consciente o inconsciente? Es la historia escrita la que ha exagerado ese hecho?
La memoria de la gente selecciona y organiza jerárquicamente los hechos vividos, los clasifica en significantes o insignificantes y se produce lo que Amparo Moreno define como "un desajuste entre lo que explicamos y lo que vivimos: entre cómo Hemos aprendido a pensar racionalmente Sobre de lo que vivimos, y cómo aspiramos a vivir ".
Pero las fuentes orales tienen una ventaja: la posibilidad de volver a buscar la información para formular nuevas preguntas o cuestiones, o para aclarar las que en una primera fase -o entrevista- no han quedado suficientemente explicadas. O cuando, como en este caso, se ha omitido un tema que, desde el punto de vista de la investigación, se considera importante.
Las mujeres de Pedro Martínez no valoraban ya en el momento de los hechos las actividades del grupo en el mejor de los casos y en ocasiones las criticaban abiertamente. María Jesús 4aunque había colaborado en el taller de costura, interpelada por su olvido, dice, bastante explícita: "... Que no me Habré" açordas " ¡Yo qué sé! ¡Cómo Tampoco eran limpias ellas! ¡El que las pasa a todos! ¡A lo que puedo pillar! Ellas hacían pantalones para los militares, pero "na" más que para los del pueblo. Era "pá" el frente de "Graná", para los que había miedo allí, no. Y también "arrecogieron" lana y hacian abrigos, pero també para los militares del pueblo, no era "pan toos". Y luego també... luego las criticaban, Porque decían, que si se habian Hecho chaquetones con la tela que había Sobrado. Los dirigentes, los dirigentes y Mucha de los otros, porqué no habían "Pillai" ¡Las cosas que pasan! La gente que no tenian los hijos en este frente ¡pues que no las gustaba! " ¿De modo que a estos las Mandas porqué son del frente de aquí? ¿Y en Los otros que están en Otro no le podés mandar? ¡Eso no! ". Y yo, como yo no tenía ganas de "ná" -la María Jesús hacía poco que era viuda-, yo no estaba en condiciones de "ná". Iba a coser Porque mira. Yo me estoy en mi sitio y ya está, pero que yo he "estao" en mi casa y yo no me he metido en "ná", y yo no he Salido a la calle a Decir ni esto ni el Otro ni "ná". Mira, yo no he tenído Mucha conversación. Porqué ya te digo, yo no he Salido. Que yo me he "estao" en mí sitio y ya está. Como no han "estao" relaciones ni "ná" de las mujeres. Se como ahora. Porque, claro, yo de izquierdas he Sido toda la vida, pero yo he "estao" en mi casa, yo no me he metido en "ná", ni yo he Salido a la calle, ni a Decir ni esto ni el Otro ni "ná". Ellas, una era del Partido Socialista, otra del Partido Comunista. Una que hay en Torre-Romeu, que le dicen la Antonia de la Eustaquia, ésta era del PC Era de las más "Señal", la Antoñico, la otra de Guadix, la del Barbero... Había Muchas. Pero tampoco a las mujeres las tiraba mucho. Porque no las gustaba a las mujeres mucho ir a eso de los hombres.
Estas las metieron a la cárcel, Cuando se acaba la guerra. Había Muchas que decian que eran malas, que tenian a los hombres ¡qué los Traian "dislocaos" Que esto que el Otro... "
A Pedro Martínez el líder socialista Rafael Casares sugirió al Antonia la conveniencia de que las mujeres se asociaran independientemente de los grupos políticos. Esta chica no era socialista pero destacaba en el pueblo por su actividad y su carácter. Además la Agrupación, a pesar de ser llevada principalmente por comunistas, tenía la pretensión de ser una organización amplia y unitaria. Y en Rafael Casares era un político honesto que creía sinceramente en la necesidad de que las mujeres participaran de la vida política del país. Lo concretaba en su pueblo porque creía indispensable que las fuerzas antifascistas tuvieran un crecimiento a partir de la movilización de todos los posibles sectores. Aparte, a pesar de las reticencias y los problemas existente, socialistas y comunistas trabajaban conjuntamente dentro del Frente Popular.
"Y yo ya me PUSE en contacto con esta Emilia Díaz, una chica formidable. Nos Dijo de la manera que hay que actuar, y que nos pusiéramos en contacto con ella Cuando me hiciera falta algo. Yo le escriba de que nos orientase sobre Nuestra agrupación de mujeres. Y ya púas, constituimos la Agrupación de Mujeres Antifascistas. Que allí, pues era, estabamos Todas las tendencias. Estabamos comunistas, socialistas, algunas de la CNT y sin partido ".
Formada la agrupación eligieron la directiva compuesta por unas seis mujeres. Antonia recuerda especialmente su amiga Trinidad Espínola, María Elval Quesada y "la del Caterino" del Partido Socialista. Fijaron la sede de la agrupación en la misma casa donde socialistas y comunistas tenían el local. La primera ocupación fue amueblar y arreglar el piso. Junto a los chicos de las juventudes fueron los "cortijos" donde los regalaron muebles viejos para la nueva sede.
Con todo, la agrupación no demostró un especial interés en transformar las mujeres y romper los diferentes roles establecidos para hombres y para mujeres. De hecho no se cuestionaron la tradicional división sexual del trabajo, ni la segregación ocupacional y social de las mujeres. Entre sus actividades no figura ninguna de estrictamente dirigida a mejorar la situación de las propias mujeres. Tres fueron las tareas fundamentales que realizaron una vez iniciada la conflagración. Una, pedir, a menudo acompañadas por los chicos, donativos por el pueblo y por los "cortijos" para ayudar a cubrir las necesidades del frente. "Y Todas las que habiamos, Todas las que nosotras decíamos" que vamos al donativo ". Ellas venían sin faltar. "Recuerda Antonia," Inclusive, Hasta Emilio Vílchez, que era un gran señor del pueblo, pero també de izquierdas igual que Don Rafael Casares, sume hijo IBA con nosotras a expedir donativos. Pedíamos donativos para mandarlos al frente que más falta haci. El último que mandamos FUE para Madrid ".
Dos, organizar un taller colectivo de confección. La producción se dedicaba exclusivamente a las necesidades del frente. Y, tres, al final de la guerra, cuando la necesidad de efectivos en el frente vació el pueblo de hombres, se dedicaron, además, a trabajar en el campo para que no se perdieran las cosechas. No era nuevo en la historia, el Evelyne Sullerot ya estudió como las mujeres sustituyen al hombres cuando están en la guerra.
"Luego ya Ultimamente se llevaron todos los hombres... Cuando la quinta del saco. Los viejos y todo hacían la guerra. Nuestra labor era entónces... ibamos, ¡Claro! Ya habia de ponerses en activo, para ir al campo a Trabajo. En fin, acero cosas para no Dejar la cosecha que se quedaba al amparo de la tierra, sino que nadie la tocara.
Melendreras 1623 1938 73 × 51 Madrid Comisariado de Guerra
Las mujeres de Pedro Martínez organizaban las tareas según las necesidades estudiadas previamente por las que dirigían la Agrupación. Es evidente que las actividades de esas chicas era conocida por las mujeres y los hombres de aquella pequeña comunidad, sin embargo sorprende que este ingente movimiento solamente el contara la propia Antonia. La memoria, evidentemente, selecciona y recuerda las cosas que se consideran importantes según las circunstancias, o los hechos que más impacto produjeron en su momento o según lo aprendido más tarde a considerar importante ¿No impactó en su forma de hacer y de pensar tradicional el comportamiento de aquellas chicas de formas más abiertas, especialmente en cuanto a la relación más franca que tenían con los hombres? ¿No dieron importancia a las mujeres del pueblo a la actividad que realizaban aquellas jóvenes luchadoras antifascistas?
Quién sabe si el hecho de que todas ellas eran chicas jóvenes solteras hacía que las casadas del pueblo no se identificaran. Para las mujeres con familia las cosas de la agrupación no formaban parte de sus inquietudes. La agrupación de mujeres antifascistas, aunque, evidentemente, formada por mujeres, pertenecía a la esfera política, a un mundo exclusivo y tradicional de algunos hombres. Pero muchas mujeres han recordado sucesos políticos y sociales protagonizados por los hombres, mientras olvidaron la asociación de las chicas. Podemos pensar que no se trata del olvido de un hecho que pertenece a la esfera pública, propio de los hombres, sino un silencio sobre una parte de la propia cultura no considerada importante para ellas mismas. No entendida como parte de la historia colectiva. Y. Lequin y J.
Esta peculiaridad de la cultura popular de subestimarse, se agudiza notablemente cuando pertenece a la esfera puramente femenina. Sigue el mecanismo que Luisa Passerini considera la más sutil victoria de la presión ideológica de las clases dominantes: conseguir la negación de la propia existencia por parte de los mismos dominados.
La interpretación de las carencias, de las distorsiones según las cosas que pensamos conocer, está en el centro del análisis de la historia oral. ¿Por qué una persona deja de referir un hecho vivido por ella? Para que una comunidad no recuerda una realidad que ha marcado su existencia? Se trata de mala memoria, de minimizar un fenómeno que no merece ser señalado, de una ocultación consciente o inconsciente? Es la historia escrita la que ha exagerado ese hecho?
La memoria de la gente selecciona y organiza jerárquicamente los hechos vividos, los clasifica en significantes o insignificantes y se produce lo que Amparo Moreno define como "un desajuste entre lo que explicamos y lo que vivimos: entre cómo Hemos aprendido a pensar racionalmente Sobre de lo que vivimos, y cómo aspiramos a vivir ".
Pero las fuentes orales tienen una ventaja: la posibilidad de volver a buscar la información para formular nuevas preguntas o cuestiones, o para aclarar las que en una primera fase -o entrevista- no han quedado suficientemente explicadas. O cuando, como en este caso, se ha omitido un tema que, desde el punto de vista de la investigación, se considera importante.
Las mujeres de Pedro Martínez no valoraban ya en el momento de los hechos las actividades del grupo en el mejor de los casos y en ocasiones las criticaban abiertamente. María Jesús 4aunque había colaborado en el taller de costura, interpelada por su olvido, dice, bastante explícita: "... Que no me Habré" açordas " ¡Yo qué sé! ¡Cómo Tampoco eran limpias ellas! ¡El que las pasa a todos! ¡A lo que puedo pillar! Ellas hacían pantalones para los militares, pero "na" más que para los del pueblo. Era "pá" el frente de "Graná", para los que había miedo allí, no. Y también "arrecogieron" lana y hacian abrigos, pero també para los militares del pueblo, no era "pan toos". Y luego també... luego las criticaban, Porque decían, que si se habian Hecho chaquetones con la tela que había Sobrado. Los dirigentes, los dirigentes y Mucha de los otros, porqué no habían "Pillai" ¡Las cosas que pasan! La gente que no tenian los hijos en este frente ¡pues que no las gustaba! " ¿De modo que a estos las Mandas porqué son del frente de aquí? ¿Y en Los otros que están en Otro no le podés mandar? ¡Eso no! ". Y yo, como yo no tenía ganas de "ná" -la María Jesús hacía poco que era viuda-, yo no estaba en condiciones de "ná". Iba a coser Porque mira. Yo me estoy en mi sitio y ya está, pero que yo he "estao" en mi casa y yo no me he metido en "ná", y yo no he Salido a la calle a Decir ni esto ni el Otro ni "ná". Mira, yo no he tenído Mucha conversación. Porqué ya te digo, yo no he Salido. Que yo me he "estao" en mí sitio y ya está. Como no han "estao" relaciones ni "ná" de las mujeres. Se como ahora. Porque, claro, yo de izquierdas he Sido toda la vida, pero yo he "estao" en mi casa, yo no me he metido en "ná", ni yo he Salido a la calle, ni a Decir ni esto ni el Otro ni "ná". Ellas, una era del Partido Socialista, otra del Partido Comunista. Una que hay en Torre-Romeu, que le dicen la Antonia de la Eustaquia, ésta era del PC Era de las más "Señal", la Antoñico, la otra de Guadix, la del Barbero... Había Muchas. Pero tampoco a las mujeres las tiraba mucho. Porque no las gustaba a las mujeres mucho ir a eso de los hombres.
Estas las metieron a la cárcel, Cuando se acaba la guerra. Había Muchas que decian que eran malas, que tenian a los hombres ¡qué los Traian "dislocaos" Que esto que el Otro... "