CUARTA PARTE
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Al contrario Josefa 10, que era una niña cuando se fue de Pedro Martínez, no era consciente de las dificultades de los padres para sacar adelante la familia. Ella no recuerda los sufrimientos, ni las calamidades de la pobreza, ni las penas de la clase obrera, hasta estar ya en Sabadell, la ciudad industrial que obligaba a hombres y mujeres a realizar jornadas muy largas para ganar un sueldo que, además de comida, les permitiera ahorrar para una vivienda.
Se confirma, como demuestran algunos estudios psicológicos, la posible diferente integración del migrante según la edad. Así aunque parece que niños y niñas tienen algunas ventajas para vivir la migración como una situación menos traumática que los adultos, también, aducen el sufrimiento de carencias esenciales, por ejemplo, el no haber participado en la decisión de emigrar. En el caso de esta chica, es el hecho más decisivo y significativo: la idea de abandonar la tierra no fue de ella sino de los padres. Todo ello configura un panorama interior que propicia un rechazo hacia la realidad. Sus sentimientos son parecidos a los de Manolo o los de la Ascensión, aunque pertenecen a edades diferentes, pero tienen en común no haber tomado parte en la decisión, más o menos, libre de irse.
Así lo siente y lo explica Josefa: "Mi madre estuvó enferma Aquellos años. El pasamos peor que stand donde pueblo. Entónces ya empezo a, no sé, a crearse en mí una especie de Rechazar miedo todo esto ¿no? Al principio de vivir aquí fuerón peores. ¡Porqué yo allí vivía bien! Cómo no habia trabajo nos vinimos para cá. Pero yo aquí... ¡Porqué hay trabajo, pero no Porque quiero! Que no es lo mismo ¿no? Si allí hubiera trabajo, nadie de los que vivimos aquí estariamos aquí. Esto miedo descontento, ni yo ni nadie, por todo lo que digan que las gusta. Porque una persona miedo mucho, por mucho y por muy bien que extiende aquí pocas, creo yo, que pudiendo vivir allí bien estarian aquí. Por el dinero yo creo que Todas están aquí. A mí la verdad el dinero es ya el de menos. "
En otros capítulos hemos visto como las parejas cuando iban a trabajar debían dejar las criaturas solas, con las vecinas, o con los hijos mayores, a menudo, de no mucho más edad que aquellos que vigilaban. Ahora tenemos el testimonio de una de estas niñas que tan pronto tuvieron que hacer de madres de sus hermanos, sacrificando los años juveniles. El resultado: una tristeza profunda que roza el ressenti¬ment.
"Cuando llegué aquí, -continúa la Josefa- púas me decepcioné Porque yo Hasta los 10 años no pudes ir al colegio. Con mis hermanos Pequeños, me tenía que quedar con ellos. Cuando empece el colegio me los tenía que quitar conmigo Porque no habia, como ahora, colegio donde dejarlos con tres años, o guardería, que entran muy Pequeños. Y la maestra que no quería que me los quitara conmigo Porque me entretenían en clase. Bueno pues, luego ya mi madre y mi padre no aparecieron por nunca en casa. Siempre Trabajando, se iban a las cuatro y media de la mañana y venían, mi madre venía a las seis oa las siete de la tarde, nos peinaba y se IBA otra vez Hasta las diez. Nos peinaba miedo de noche pan que nos fueramos peinados por la mañana. ¡Qué no ibamos peinaos que ibamos despeinaos! ¡Pero bueno era un Decir!
Los primeros años que pasamos aquí, el pasamos muy mal, muy mal, Porque trabajaban mis padres mucho y no se ganaba nada. Y todo lo que ganaban era pan juntar la entrada para un piso ".
De joven la Josefa, como casi todas las chicas, entró a trabajar en una fábrica. La gente del trabajo, la vecindad, pero sobre todo la familia, constituyen las únicas relaciones de la joven. A pesar de estas relaciones y la compañía de su hombre del que tiene una criatura, no logra una satisfactoria integración. Sin embargo, tampoco el pueblo de origen es ya una solución. Sobre todo porque su hombre, también granadino, pesar de la afirmación de la chica, que ningún inmigrado viviría en Cataluña si pudiera marchar al pueblo, no quiere ni oír hablar de dejar Cataluña para devolver a Granada.
"Desde que estoy aquí he ido dos veces al pueblo. Una vez que fui sola con mi abuela, la madre de mi madre que ya murino, y luego Hace Unos cinco años con mis padres. Pero que ese se más sano que ésto. Porque mira, a mi padre que le duele el estómago, le salan los nervios... estuvó enfermo allí solamente cinco días. Y a mí ¡es que no, es que es tu tierra! No es que sea, ¿cómo decirte? Fanatismo. No, no se fanatismo (repite llorando de anyorament). Si tú has Nacido allí eras de allí y aquello es tu tierra y ¡yo qué sé! Yo Cuando veo a veces gentes, aquí Mismo, catalanas, que no, miedo narices tienes que ser esto, Porque estamos en Cataluña. ¡No una persona Reducir texto <br> querer a super pueblo!, ¡Pero sin meterse con la vida de nadie! ¿No? A mí lo mío ya ti el tuyo. Los catalanas a los catalanes y los andaluces con los andaluces.
Pero allí la gente somos idiotas, no sé, pero va un extranjero y ¡oh mira un extranjero! Todo el mundo le Quiere. Aquí no. ¡Se verdad!
También aquél está que no sé, la gente que vive allí no Quiere venirse pan cá, Porque los que han quedaré allí Tienen trabajo. No es que el tengan allí, pero se van a Palma la temporada de los hoteles ¿no? Luego vuelvo al pueblo, Tienen super carné de paro, que no las harta, que Cuando No tienes trabajo Tienen carné de paro, no las falta el dinero ¿no? Pero allí no se puede vivir ahora. No sé yo creo que no se puede vivir allí, una persona que se vaya de aquí allí no va a Encontrar nada.
Allí no tengo ninguna casa, bueno, allí hay una de mi abuela, muy pequeñita. Habria que ARREGLARLO, pero nadie se Hace cargo de ella, ¿no? Tendriamos de ARREGLARLO entre todos, pero nadie dice de hacerlo. ¿Y si la arregláramos entre todos?, después, ¿Porque todos estamos casados y todos Tienen hijos y luego Tampoco cabríamos? ¿No? Y casa Nuestra no Tenemos.
Mi MARIDO no es del pueblo, es de Otro pueblo de Granada. Nos conocimos aquí, pero el no Quiere Irse. Él no.
En la fábrica hay gente de todos Sitios ¿no? Y hablaré de todo Porque també allí en la fábrica hablamos mucho. Cada uno de apo tierra y todos dicen, lo mismo: lo que es de Extremadura, que Quiere Extremadura, lo que es de Andalucía de Andalucía y vamos las personas saben que ellos no podrán volver. Porque esto de allí ya no Tiene arreglo. Desde el principio el sé y esto que Andalucía Tiene un hondo... pero no sé dónde va... "
Las palabras del matrimonio Sebastian-María Jesús pueden servir de síntesis de los recuerdos testimonio de las personas inmigrantes que tomaron voluntariamente la decisión de venir a Cataluña. Aquí encontraron trabajo. Dura y no siempre bien pagada, por eso, ahora, en la vejez y jubilados, les ha quedado solamente una pequeña paga. Pero, a pesar de ello y de ser plenamente conscientes, se sienten, al mismo tiempo, relativamente satisfechos, porque descansan de una vida difícil, en un piso de reducidas dimensiones pero donde tienen unas comodidades que tardaron muchos años de su vida para disfrutarlo las. Tienen los padres enterrados aquí, hijos e hijas casados, y limpios y limpias nacidos en esta tierra, y todo ello los liga sin remedio en Cataluña. Estas son las palabras de Sebastián 11:
"En fin y aquí, pues me Tirao trece años Trabajando y verdaderamente, pues ya estoy jubilado. Pero una jubilación que no se buena, porqué me ha quedara poco. ¡Y ya está! Yo estoy en Cataluña lo mismo que allí. Ahora aquí estoy mejor Porque como no hago ná, ¡pues estoy mejor! Pero antes aquí també me las he visto y deseais. ¡Qué venir aquí, también, a agarrar un compresor y un pico y la pala! Pues no las roscas no me las he despedida maduras ni aquí ni allí ".
Las afirmaciones que hace su mujer [12. María Jesús García nacida en Pedro Martínez el 12-12-14, entrevista realizada 23-6-84 en Ca n'Oriac (Sabadell)] matizan sus palabras y enseñan la complejidad de la inmigración: "Yo no he encontrao diferencia ninguna. Me gusta más esto que aquellas. Yo padezco de bronquitis y me aconsejaron que no me viniera a Barcelona, que sí yo me venía a Barcelona me moría. Y en la presente, pues estoy muy bien. Me alegro de venirme. Están ya mis hijos casaos y aquí pensamos morirnos ".
El largo de este proceso, viviendo y trabajando, se construyendo la nueva cultura e identidad de los habitantes de Torre-Romeu, nacidos y nacidas, mayoritariamente, en Andalucía, y que, probablemente sin ser muy conscientes, convertirán los otros catalanes '.
En resumen, la inmigración llega y se instala en un lugar que se va formando como barrio aislado, habitado casi exclusivamente por otras personas inmigradas, dedicadas la mayor parte de la jornada en el trabajo, en fábricas donde la inmensa mayoría de la mano de obra ha venido de fuera. Por lo tanto, al menos durante los primeros años, que en muchos casos como los de algunos vecinos de Torre-Romeu, pueden extenderse en el tiempo, sin ningún contacto con personas de lengua y cultura catalana. Este hecho hace innecesario el conocimiento de las mismas y, por el contrario, posibilita la persistencia de las costumbres de origen. Se suma a esta realidad la existencia de una red de relaciones centrada en los familiares y paisanos, que reproduce el mundo anterior de Pedro Martínez.
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Al contrario Josefa 10, que era una niña cuando se fue de Pedro Martínez, no era consciente de las dificultades de los padres para sacar adelante la familia. Ella no recuerda los sufrimientos, ni las calamidades de la pobreza, ni las penas de la clase obrera, hasta estar ya en Sabadell, la ciudad industrial que obligaba a hombres y mujeres a realizar jornadas muy largas para ganar un sueldo que, además de comida, les permitiera ahorrar para una vivienda.
Se confirma, como demuestran algunos estudios psicológicos, la posible diferente integración del migrante según la edad. Así aunque parece que niños y niñas tienen algunas ventajas para vivir la migración como una situación menos traumática que los adultos, también, aducen el sufrimiento de carencias esenciales, por ejemplo, el no haber participado en la decisión de emigrar. En el caso de esta chica, es el hecho más decisivo y significativo: la idea de abandonar la tierra no fue de ella sino de los padres. Todo ello configura un panorama interior que propicia un rechazo hacia la realidad. Sus sentimientos son parecidos a los de Manolo o los de la Ascensión, aunque pertenecen a edades diferentes, pero tienen en común no haber tomado parte en la decisión, más o menos, libre de irse.
Así lo siente y lo explica Josefa: "Mi madre estuvó enferma Aquellos años. El pasamos peor que stand donde pueblo. Entónces ya empezo a, no sé, a crearse en mí una especie de Rechazar miedo todo esto ¿no? Al principio de vivir aquí fuerón peores. ¡Porqué yo allí vivía bien! Cómo no habia trabajo nos vinimos para cá. Pero yo aquí... ¡Porqué hay trabajo, pero no Porque quiero! Que no es lo mismo ¿no? Si allí hubiera trabajo, nadie de los que vivimos aquí estariamos aquí. Esto miedo descontento, ni yo ni nadie, por todo lo que digan que las gusta. Porque una persona miedo mucho, por mucho y por muy bien que extiende aquí pocas, creo yo, que pudiendo vivir allí bien estarian aquí. Por el dinero yo creo que Todas están aquí. A mí la verdad el dinero es ya el de menos. "
En otros capítulos hemos visto como las parejas cuando iban a trabajar debían dejar las criaturas solas, con las vecinas, o con los hijos mayores, a menudo, de no mucho más edad que aquellos que vigilaban. Ahora tenemos el testimonio de una de estas niñas que tan pronto tuvieron que hacer de madres de sus hermanos, sacrificando los años juveniles. El resultado: una tristeza profunda que roza el ressenti¬ment.
"Cuando llegué aquí, -continúa la Josefa- púas me decepcioné Porque yo Hasta los 10 años no pudes ir al colegio. Con mis hermanos Pequeños, me tenía que quedar con ellos. Cuando empece el colegio me los tenía que quitar conmigo Porque no habia, como ahora, colegio donde dejarlos con tres años, o guardería, que entran muy Pequeños. Y la maestra que no quería que me los quitara conmigo Porque me entretenían en clase. Bueno pues, luego ya mi madre y mi padre no aparecieron por nunca en casa. Siempre Trabajando, se iban a las cuatro y media de la mañana y venían, mi madre venía a las seis oa las siete de la tarde, nos peinaba y se IBA otra vez Hasta las diez. Nos peinaba miedo de noche pan que nos fueramos peinados por la mañana. ¡Qué no ibamos peinaos que ibamos despeinaos! ¡Pero bueno era un Decir!
Los primeros años que pasamos aquí, el pasamos muy mal, muy mal, Porque trabajaban mis padres mucho y no se ganaba nada. Y todo lo que ganaban era pan juntar la entrada para un piso ".
De joven la Josefa, como casi todas las chicas, entró a trabajar en una fábrica. La gente del trabajo, la vecindad, pero sobre todo la familia, constituyen las únicas relaciones de la joven. A pesar de estas relaciones y la compañía de su hombre del que tiene una criatura, no logra una satisfactoria integración. Sin embargo, tampoco el pueblo de origen es ya una solución. Sobre todo porque su hombre, también granadino, pesar de la afirmación de la chica, que ningún inmigrado viviría en Cataluña si pudiera marchar al pueblo, no quiere ni oír hablar de dejar Cataluña para devolver a Granada.
"Desde que estoy aquí he ido dos veces al pueblo. Una vez que fui sola con mi abuela, la madre de mi madre que ya murino, y luego Hace Unos cinco años con mis padres. Pero que ese se más sano que ésto. Porque mira, a mi padre que le duele el estómago, le salan los nervios... estuvó enfermo allí solamente cinco días. Y a mí ¡es que no, es que es tu tierra! No es que sea, ¿cómo decirte? Fanatismo. No, no se fanatismo (repite llorando de anyorament). Si tú has Nacido allí eras de allí y aquello es tu tierra y ¡yo qué sé! Yo Cuando veo a veces gentes, aquí Mismo, catalanas, que no, miedo narices tienes que ser esto, Porque estamos en Cataluña. ¡No una persona Reducir texto <br> querer a super pueblo!, ¡Pero sin meterse con la vida de nadie! ¿No? A mí lo mío ya ti el tuyo. Los catalanas a los catalanes y los andaluces con los andaluces.
Pero allí la gente somos idiotas, no sé, pero va un extranjero y ¡oh mira un extranjero! Todo el mundo le Quiere. Aquí no. ¡Se verdad!
También aquél está que no sé, la gente que vive allí no Quiere venirse pan cá, Porque los que han quedaré allí Tienen trabajo. No es que el tengan allí, pero se van a Palma la temporada de los hoteles ¿no? Luego vuelvo al pueblo, Tienen super carné de paro, que no las harta, que Cuando No tienes trabajo Tienen carné de paro, no las falta el dinero ¿no? Pero allí no se puede vivir ahora. No sé yo creo que no se puede vivir allí, una persona que se vaya de aquí allí no va a Encontrar nada.
Allí no tengo ninguna casa, bueno, allí hay una de mi abuela, muy pequeñita. Habria que ARREGLARLO, pero nadie se Hace cargo de ella, ¿no? Tendriamos de ARREGLARLO entre todos, pero nadie dice de hacerlo. ¿Y si la arregláramos entre todos?, después, ¿Porque todos estamos casados y todos Tienen hijos y luego Tampoco cabríamos? ¿No? Y casa Nuestra no Tenemos.
Mi MARIDO no es del pueblo, es de Otro pueblo de Granada. Nos conocimos aquí, pero el no Quiere Irse. Él no.
En la fábrica hay gente de todos Sitios ¿no? Y hablaré de todo Porque també allí en la fábrica hablamos mucho. Cada uno de apo tierra y todos dicen, lo mismo: lo que es de Extremadura, que Quiere Extremadura, lo que es de Andalucía de Andalucía y vamos las personas saben que ellos no podrán volver. Porque esto de allí ya no Tiene arreglo. Desde el principio el sé y esto que Andalucía Tiene un hondo... pero no sé dónde va... "
Las palabras del matrimonio Sebastian-María Jesús pueden servir de síntesis de los recuerdos testimonio de las personas inmigrantes que tomaron voluntariamente la decisión de venir a Cataluña. Aquí encontraron trabajo. Dura y no siempre bien pagada, por eso, ahora, en la vejez y jubilados, les ha quedado solamente una pequeña paga. Pero, a pesar de ello y de ser plenamente conscientes, se sienten, al mismo tiempo, relativamente satisfechos, porque descansan de una vida difícil, en un piso de reducidas dimensiones pero donde tienen unas comodidades que tardaron muchos años de su vida para disfrutarlo las. Tienen los padres enterrados aquí, hijos e hijas casados, y limpios y limpias nacidos en esta tierra, y todo ello los liga sin remedio en Cataluña. Estas son las palabras de Sebastián 11:
"En fin y aquí, pues me Tirao trece años Trabajando y verdaderamente, pues ya estoy jubilado. Pero una jubilación que no se buena, porqué me ha quedara poco. ¡Y ya está! Yo estoy en Cataluña lo mismo que allí. Ahora aquí estoy mejor Porque como no hago ná, ¡pues estoy mejor! Pero antes aquí també me las he visto y deseais. ¡Qué venir aquí, también, a agarrar un compresor y un pico y la pala! Pues no las roscas no me las he despedida maduras ni aquí ni allí ".
Las afirmaciones que hace su mujer [12. María Jesús García nacida en Pedro Martínez el 12-12-14, entrevista realizada 23-6-84 en Ca n'Oriac (Sabadell)] matizan sus palabras y enseñan la complejidad de la inmigración: "Yo no he encontrao diferencia ninguna. Me gusta más esto que aquellas. Yo padezco de bronquitis y me aconsejaron que no me viniera a Barcelona, que sí yo me venía a Barcelona me moría. Y en la presente, pues estoy muy bien. Me alegro de venirme. Están ya mis hijos casaos y aquí pensamos morirnos ".
El largo de este proceso, viviendo y trabajando, se construyendo la nueva cultura e identidad de los habitantes de Torre-Romeu, nacidos y nacidas, mayoritariamente, en Andalucía, y que, probablemente sin ser muy conscientes, convertirán los otros catalanes '.
En resumen, la inmigración llega y se instala en un lugar que se va formando como barrio aislado, habitado casi exclusivamente por otras personas inmigradas, dedicadas la mayor parte de la jornada en el trabajo, en fábricas donde la inmensa mayoría de la mano de obra ha venido de fuera. Por lo tanto, al menos durante los primeros años, que en muchos casos como los de algunos vecinos de Torre-Romeu, pueden extenderse en el tiempo, sin ningún contacto con personas de lengua y cultura catalana. Este hecho hace innecesario el conocimiento de las mismas y, por el contrario, posibilita la persistencia de las costumbres de origen. Se suma a esta realidad la existencia de una red de relaciones centrada en los familiares y paisanos, que reproduce el mundo anterior de Pedro Martínez.