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PEDRO MARTINEZ: Leyendas de Granada. Arco de las monjas....

Leyendas de Granada. Arco de las monjas.

El día 1 de Noviembre del año 1700 falleció el Rey Carlos II conocido como “El Hechizado”, dando fin a la dinastía de los Austria. No teniendo sucesor, dejó en su testamento como nuevo Rey a Felipe de Borbón, hijo segundo del Delfín de Francia, lo cual encadenó una guerra en España por el derecho a la sucesión.
Aunque la mayor parte de las protestas se generaron en territorio Catalán, también hubo movimientos en Andalucía, y el suceso que vamos a relatar a continuación acaeció en Granada, y en su barrio del Albaicín.
En la noche del 6 de Marzo del año 1705, en una vieja casa, junto a la Iglesia de San Miguel, hubo extraños movimientos, pues fueron muchas las personas que entraban pese a no habitar en ella. En una pequeña sala alumbrada por un farol, uno a uno iban llegado después de franquear la puerta, en la que un mozo con gran cuchillo al cinto, hacía de portero. - “ España por el Archiduque”-, -”adelante”- replicaba. Era la contraseña, y en poco tiempo muchos hombres de diferentes clases y condiciones sociales se dispusieron alrededor de la mesa.

Entre ellos dos nobles caballeros, de capas negras, sombrero y plumas de igual color. Uno de ellos Beltran García Vizconde de Cardona, que desde Barcelona había viajado a Granada a ayudar a los amigos del Archiduque y legítimo rey.

El complot ya estaba en marcha y tan sólo faltaba saber con cuantos hombres y dinero contaban para la rebelión, datos que deberían proporcionar al día siguiente en el mismo lugar. La reunión se dio por terminada, y de la misma manera en la que habían entrado, fueron saliendo.

Estando ya el lugar de la reunión vacío y cerrado una de las tablas de la techumbre se abrió, emergiendo una cabeza.- ¿Has apuntado el nombre de todos?.- Todos los conservo, contestaron desde el interior.-
Pues a la Chancillería.- Saliendo por un tragaluz, y de tejado en tejado, dos bultos se fueron perdiendo entre las azoteas por la zona de la Iglesia de San José

Al día siguiente nadie llegó a la reunión ni a la casa de la Calle Toribios, por el contrario, dos mujeres lloraban, la madre y mujer del portero, que había sido apresado por seis corchetes, y puesto a disposición del alcalde del crimen. A lo largo de la ciudad otras personas habían sido detenidas, entre ellas en la zona de la Plaza Nueva un Vizconde catalán y su Secretario.

A las dos semanas, los vecinos del Albaicín, se encontraron con un dantesco panorama, en el Arco de las Monjas, acueducto que llevaba el agua desde la Acequia de Aynadamar hasta el Convento de Santa Isabel, colgaban siete cuerpos, cinco con trajes de Hidalgo y dos de villanos. Con un cartelón que ponía: Por reos de lesa Majestad.

Entre los cuerpos el buen caballero D. Álvaro, el Vizconde y su Secretario. Cuando los alguaciles fueron a recoger sus cuerpos, creyeron oír una voz desde la torre más alta, y desde entonces y hasta nuestros días, no son pocas las voces que dicen que por la noche, se oyen tenebrosos gemidos y aparecen sombras fantásticas. Desde aquel día a este arco también se le conoció como el Arco de los Ahorcados.