PEDRO MARTINEZ: Un día lloré tanto que hice un río....
Un día lloré tanto que hice un río.
Creí que me iba a ahogar, porque me fui a lo hondo, a lo oscuro.
Empecé a dar patadas y brazadas y salí a la superficie.
Desde entonces, cada vez que hago ríos, llego al fondo.
Sé que mi instinto bucea conmigo.