
Que tienpo aquel
el tiempo de las
albarcas y los peales,
de los fríos y los sudores
con el cuerpo congelado,
y las manos ensangrentadas
de la leña y el esparto.
Las espaldas hechas polvo
de cargarse lo que podían
y llevarles a su familia,
para un plato de comida.
Con las manos encallecidas
de las mieses y de la Hoz
es el patrimonio que tienes,
de tu vida segador.
Dame salud Señor
para yo seguir mi lucha,
no quiero que a mí familia
les falte un trozo de pan,
de eso no tengo duda.
Los pies me pesan mucho
de arrastrar tanto barro
y la cintura dolorida,
de tanto tiempo agachado.
Manuel Lindez Rodríguez.
el tiempo de las
albarcas y los peales,
de los fríos y los sudores
con el cuerpo congelado,
y las manos ensangrentadas
de la leña y el esparto.
Las espaldas hechas polvo
de cargarse lo que podían
y llevarles a su familia,
para un plato de comida.
Con las manos encallecidas
de las mieses y de la Hoz
es el patrimonio que tienes,
de tu vida segador.
Dame salud Señor
para yo seguir mi lucha,
no quiero que a mí familia
les falte un trozo de pan,
de eso no tengo duda.
Los pies me pesan mucho
de arrastrar tanto barro
y la cintura dolorida,
de tanto tiempo agachado.
Manuel Lindez Rodríguez.