Los tres diamantes negros que cambiaron la historia de Granada
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El Bolardo 28 junio, 2017
La siguiente es una leyenda histórica. De esas que hacen que si las tomamos en consideración podamos comprender que por ella hubo un cambio en el curso de los acontecimientos. Así se relata que durante la dominación árabe de Granada tuvo lugar un hecho que acabó siendo crucial para el devenir de la cultura musulmana en pos de la cristiana.
Según se cuenta, Al Hamar, llegó a ser rey de Granada fruto de la fe. Pues era un humilde labrador que con la ayuda de su fe logró alcanzar el trono granadino. Sin embargo, él comenzó una leyenda que aún hoy perdudaría y que tendría su origen en el día en que a Al Hamar se le apareció un espectro. Tras haber rezado mucho para obtener ayuda contra los cristianos que avanzaban inexorablemente hacia Granada, Al Hamar logró que una manifestación divina se le apareciese dándole tres diamantes negros.
Dichos diamantes servían para que Granada jamás cayese en otras manos que no fuesen las árabes y así lo hizo saber Al Hamar a cada una de las generaciones que le sucedió en el trono. Hasta que llegó el rey Muley Hacén y le confesó a su hijo Abu Haxig (hermanastro de Boabdil) que tenía la llave para evitar que los Reyes Católicos se hiciesen con la ciudad de la Alhambra. Dicha llave eran los tres diamantes que sin embargo había escondido hacía un tiempo en el corazón de Sierra Nevada por miedo a que alguien se los arrebatase dados los tiempos de guerra que vivían.
Antes de esconderlos escribió un pergamino con las indicaciones necesarias para llegar hasta él y se lo dio a su hijo Abu Haxig. Sin embargo, este fue a buscar los diamantes para mantener vivo el sueño de la Granada árabe y acabó siendo víctima de una emboscada en la que perdió el pergamino y el modo de encontrarlos. No obstante, había logrado transmitir antes a sus descendientes que los diamantes estaban escondidos en Sierra Nevada aunque carecía de pistas concretas para llegar a ellos.
Así el hijo de Abu Haxig trató sin éxito de buscarlos por su cuenta pero su empresa resultó ser un fracaso. Durante su búsqueda el frío invernal de Sierra Nevada hizo acto de presencia y acabó con su vida y con la posibilidad de que Granada continuase siendo musulmana. Pues cuenta la leyenda que aquel mismo día Boabdil le dio las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. Que aquel era el 2 de enero de 1492.
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El Bolardo 28 junio, 2017
La siguiente es una leyenda histórica. De esas que hacen que si las tomamos en consideración podamos comprender que por ella hubo un cambio en el curso de los acontecimientos. Así se relata que durante la dominación árabe de Granada tuvo lugar un hecho que acabó siendo crucial para el devenir de la cultura musulmana en pos de la cristiana.
Según se cuenta, Al Hamar, llegó a ser rey de Granada fruto de la fe. Pues era un humilde labrador que con la ayuda de su fe logró alcanzar el trono granadino. Sin embargo, él comenzó una leyenda que aún hoy perdudaría y que tendría su origen en el día en que a Al Hamar se le apareció un espectro. Tras haber rezado mucho para obtener ayuda contra los cristianos que avanzaban inexorablemente hacia Granada, Al Hamar logró que una manifestación divina se le apareciese dándole tres diamantes negros.
Dichos diamantes servían para que Granada jamás cayese en otras manos que no fuesen las árabes y así lo hizo saber Al Hamar a cada una de las generaciones que le sucedió en el trono. Hasta que llegó el rey Muley Hacén y le confesó a su hijo Abu Haxig (hermanastro de Boabdil) que tenía la llave para evitar que los Reyes Católicos se hiciesen con la ciudad de la Alhambra. Dicha llave eran los tres diamantes que sin embargo había escondido hacía un tiempo en el corazón de Sierra Nevada por miedo a que alguien se los arrebatase dados los tiempos de guerra que vivían.
Antes de esconderlos escribió un pergamino con las indicaciones necesarias para llegar hasta él y se lo dio a su hijo Abu Haxig. Sin embargo, este fue a buscar los diamantes para mantener vivo el sueño de la Granada árabe y acabó siendo víctima de una emboscada en la que perdió el pergamino y el modo de encontrarlos. No obstante, había logrado transmitir antes a sus descendientes que los diamantes estaban escondidos en Sierra Nevada aunque carecía de pistas concretas para llegar a ellos.
Así el hijo de Abu Haxig trató sin éxito de buscarlos por su cuenta pero su empresa resultó ser un fracaso. Durante su búsqueda el frío invernal de Sierra Nevada hizo acto de presencia y acabó con su vida y con la posibilidad de que Granada continuase siendo musulmana. Pues cuenta la leyenda que aquel mismo día Boabdil le dio las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. Que aquel era el 2 de enero de 1492.