PEDRO MARTINEZ: Ella soñaba con que los ayeres nunca podrían convertirse...
Ella soñaba con que los ayeres nunca podrían convertirse en mañanas; que cuando el reloj se rompe de nada sirve darle cuerda; que hay flores que solo duran un verano porque la vida es así; y de nada vale ahogarlas en agua si ya es otoño...