Cerro Mencal: vivir en el abismo
marzo 12, 2016Fauna, Vegetación y Florabiodiversidad, caracoles, Cerezo rastrero, Cerro Mencal, Guadix, malacofauna, Pedro Martínez, Pyramidula jaennensis, Turismo de naturaleza
Cerro Mencal (Pedro Martínez, Granada).
Vista de la cumbre oriental del Cerro Mencal (Cerro Postrero).
Los tajos de caliza del cerro Mencal (Pedro Martínez, Granada) son uno de los ecosistemas más hostiles de la comarca de Guadix.
El cerro Mencal aparece como una gigantesca isla rocosa visible desde cualquier punto de la hoya de Guadix. Su extremo oriental (el Cerro Postrero, con 1449 m) se asemeja a una gran cúpula que se desploma hacia el valle del rio Fardes a través de grandes paredones que en algunos puntos superan los 80 m de altura, Junto con los del cerro Jabalcón, son mayores tajos de la comarca.
Vista general de los tajos del extremo oriental del cerro Mencal.
Estos tajos están formados por calizas que se depositaron en fondos marinos durante el periodo Jurásico (hace entre 200 y 160 millones de años), mientras la vida terrestre estaba dominada por los dinosaurios y en los mares nadaban unos extraños calamares con concha, los ammonites.
Las paredes rocosas del Cerro Mencal son un buen refugio para las cabras montesas, los murciélagos y las rapaces, pero todos estos animales tienen que dejar su protección si quieren alimentarse. Pero si algún ser vivo quiere convertirlas en su hogar permanente debe enfrentarse a un medio muy hostil. En principio, la verticalidad y homogeneidad de la roca no dejan que se acumulen ni la tierra fina ni el agua, y sobre ellas no va poder arraigar ninguna planta. Sólo los líquenes y las pequeñas algas serán capaces que crecer sobre ellas. Este recurso, que sería insuficiente para casi todos los animales, permite sobrevivir a algunos especialistas que sólo podremos ver si los buscamos cuidadosamente.
Unos de estos escaladores es el caracol Pyramidula jaennensis Se trata de un animal minúsculo, con una concha redondeada que a duras penas supera los 3 mm de largo. Para encontrarlos hay que rebuscar cuidadosamente en extraplomos umbríos, en los que aparece en pequeños grupos.
Pyramidula jaennensis (Cerro Mencal, Pedro Martínez, Granada)
Fotografía de dos individuos de Pyramidula jaennensis.
Este caracol enano forma parte de un género que puebla todas las montañas del sur de Europa y que cuenta en 4 especies en la península Ibérica. Distinguirlas entre sí es un trabajo de especialistas, ya que para estar completamente seguro de la especie de la que se trata, debemos estudiar con una lupa pequeños detalles de su aparato reproductor. Por suerte, en Andalucía sólo hay dos especies y Pyramidula jaennensis es fácil de diferenciar por tener la concha algo más alargada que la otra especie, Pyramidula pusilla.
Las plantas lo tienen más difícil para vivir en estos tajos. Necesitan que haya alguna repisa, grieta o pequeña oquedad en la que pueda acumularse la tierra para que sus semillas puedan germinar y extender sus raíces. De entre estas especies rupícolas que pueden encontrarse en el Cerro Mencal, una de las que más me gusta es el cerezo rastrero (Prunus prostrata).
Ejemplar de cerezo rastrero
Detalle de fruto y hojas de cerezo rastrero.
Sí, no nos estamos equivocando, es un pariente cercano de grandes árboles como los cerezos o los almendros, pero en formato bonsai. Siempre los encontraremos arraigados en un pequeño hueco de una pared o sobre una gran roca, extendiendo ramitas espinosas muy apretadas y retorcidas que parece como si tuviesen miedo de alejarse demasiado de la roca. Si crecieran como un arbusto normal, ofrecería demasiada resistencia a los vientos que siempre azotan estos tajos, arriesgándose a ser arrancados, y sus yemas estarían demasiado expuestas al frio del invierno. Ya en primavera, estas ramas se cubren de pequeñas hojas y florecillas blancas que luego darán unas minúsculas cerezas rojas.
El Cerro Postrero
marzo 12, 2016Fauna, Vegetación y Florabiodiversidad, caracoles, Cerezo rastrero, Cerro Mencal, Guadix, malacofauna, Pedro Martínez, Pyramidula jaennensis, Turismo de naturaleza
Cerro Mencal (Pedro Martínez, Granada).
Vista de la cumbre oriental del Cerro Mencal (Cerro Postrero).
Los tajos de caliza del cerro Mencal (Pedro Martínez, Granada) son uno de los ecosistemas más hostiles de la comarca de Guadix.
El cerro Mencal aparece como una gigantesca isla rocosa visible desde cualquier punto de la hoya de Guadix. Su extremo oriental (el Cerro Postrero, con 1449 m) se asemeja a una gran cúpula que se desploma hacia el valle del rio Fardes a través de grandes paredones que en algunos puntos superan los 80 m de altura, Junto con los del cerro Jabalcón, son mayores tajos de la comarca.
Vista general de los tajos del extremo oriental del cerro Mencal.
Estos tajos están formados por calizas que se depositaron en fondos marinos durante el periodo Jurásico (hace entre 200 y 160 millones de años), mientras la vida terrestre estaba dominada por los dinosaurios y en los mares nadaban unos extraños calamares con concha, los ammonites.
Las paredes rocosas del Cerro Mencal son un buen refugio para las cabras montesas, los murciélagos y las rapaces, pero todos estos animales tienen que dejar su protección si quieren alimentarse. Pero si algún ser vivo quiere convertirlas en su hogar permanente debe enfrentarse a un medio muy hostil. En principio, la verticalidad y homogeneidad de la roca no dejan que se acumulen ni la tierra fina ni el agua, y sobre ellas no va poder arraigar ninguna planta. Sólo los líquenes y las pequeñas algas serán capaces que crecer sobre ellas. Este recurso, que sería insuficiente para casi todos los animales, permite sobrevivir a algunos especialistas que sólo podremos ver si los buscamos cuidadosamente.
Unos de estos escaladores es el caracol Pyramidula jaennensis Se trata de un animal minúsculo, con una concha redondeada que a duras penas supera los 3 mm de largo. Para encontrarlos hay que rebuscar cuidadosamente en extraplomos umbríos, en los que aparece en pequeños grupos.
Pyramidula jaennensis (Cerro Mencal, Pedro Martínez, Granada)
Fotografía de dos individuos de Pyramidula jaennensis.
Este caracol enano forma parte de un género que puebla todas las montañas del sur de Europa y que cuenta en 4 especies en la península Ibérica. Distinguirlas entre sí es un trabajo de especialistas, ya que para estar completamente seguro de la especie de la que se trata, debemos estudiar con una lupa pequeños detalles de su aparato reproductor. Por suerte, en Andalucía sólo hay dos especies y Pyramidula jaennensis es fácil de diferenciar por tener la concha algo más alargada que la otra especie, Pyramidula pusilla.
Las plantas lo tienen más difícil para vivir en estos tajos. Necesitan que haya alguna repisa, grieta o pequeña oquedad en la que pueda acumularse la tierra para que sus semillas puedan germinar y extender sus raíces. De entre estas especies rupícolas que pueden encontrarse en el Cerro Mencal, una de las que más me gusta es el cerezo rastrero (Prunus prostrata).
Ejemplar de cerezo rastrero
Detalle de fruto y hojas de cerezo rastrero.
Sí, no nos estamos equivocando, es un pariente cercano de grandes árboles como los cerezos o los almendros, pero en formato bonsai. Siempre los encontraremos arraigados en un pequeño hueco de una pared o sobre una gran roca, extendiendo ramitas espinosas muy apretadas y retorcidas que parece como si tuviesen miedo de alejarse demasiado de la roca. Si crecieran como un arbusto normal, ofrecería demasiada resistencia a los vientos que siempre azotan estos tajos, arriesgándose a ser arrancados, y sus yemas estarían demasiado expuestas al frio del invierno. Ya en primavera, estas ramas se cubren de pequeñas hojas y florecillas blancas que luego darán unas minúsculas cerezas rojas.
El Cerro Postrero