LEYENDAS GRANAINAS.
Las apariciónes del Sácromonte.
1ra. Parte.
"Los seis frailes"
Cuenta la leyenda, que en las cuevas del Sácromonte hacia finales de siglo XVI, unas extrañas apariciónes tenían conmocionados a todos sus habitantes.
Estas apariciónes, se sucedían sobre todo por la noche en el descampado que hay a los pies del Cerro de San Miguel, ya que entonces aún no había nada edificado en aquel lugar.
Al pasar por allí, los vecinos, no podía evitar sentir un escalofrío, pues se comentaba que aquel llano, se oían unos intrigantes ruidos de cadenas que se arrastraban, extraños golpes y fuertes lamentos, algo así, como si se estuviera torturando a alguien.
Una tarde, tras la puesta de sol, hicieron su aparición por el lugar seis frailes, éstos, llebavan totalmente cubiertos sus rostros por capuchas y amparados por la penumbra del atardecer, comenzaron a cavar en la tierra, sobre una marca roja que había sido pintada con anterioridad, cerca de la colina que había a la izquierda del descampado,
y cuando ya la oscuridad de la noche les impedía ver, encendieron unas antorchas para iluminar el lugar.
Los supersticiosos habitantes del Sácromonte, que oían ruidos y luces que se movían en la oscuridad, en un lugar en el que no vivía nadie, y creyendo que se trataba de "almas en pena", se encerraron en sus curvas, callados y muertos de miedo.
Al amanecer del siguiente día, unos pastores que llevaban al monte a sus cabras y ovejas, se tropezaron asombrados con el enorme agujero, que los seis monjes habían excavado, y aun con mucho temor, uno de los pastores se asomó al borde...
Fin de la primera parte.
Las apariciónes del Sácromonte.
1ra. Parte.
"Los seis frailes"
Cuenta la leyenda, que en las cuevas del Sácromonte hacia finales de siglo XVI, unas extrañas apariciónes tenían conmocionados a todos sus habitantes.
Estas apariciónes, se sucedían sobre todo por la noche en el descampado que hay a los pies del Cerro de San Miguel, ya que entonces aún no había nada edificado en aquel lugar.
Al pasar por allí, los vecinos, no podía evitar sentir un escalofrío, pues se comentaba que aquel llano, se oían unos intrigantes ruidos de cadenas que se arrastraban, extraños golpes y fuertes lamentos, algo así, como si se estuviera torturando a alguien.
Una tarde, tras la puesta de sol, hicieron su aparición por el lugar seis frailes, éstos, llebavan totalmente cubiertos sus rostros por capuchas y amparados por la penumbra del atardecer, comenzaron a cavar en la tierra, sobre una marca roja que había sido pintada con anterioridad, cerca de la colina que había a la izquierda del descampado,
y cuando ya la oscuridad de la noche les impedía ver, encendieron unas antorchas para iluminar el lugar.
Los supersticiosos habitantes del Sácromonte, que oían ruidos y luces que se movían en la oscuridad, en un lugar en el que no vivía nadie, y creyendo que se trataba de "almas en pena", se encerraron en sus curvas, callados y muertos de miedo.
Al amanecer del siguiente día, unos pastores que llevaban al monte a sus cabras y ovejas, se tropezaron asombrados con el enorme agujero, que los seis monjes habían excavado, y aun con mucho temor, uno de los pastores se asomó al borde...
Fin de la primera parte.