LEYENDAS GRANAINAS.
La casa del anciano capitán.
1ra. Parte.
Cuenta la leyenda, que este viejo capitán, que carecía de toda familia y tenía una salud achacosa, (gastada durante el cerco a la ciudad) recluido, como un ermitaño, llevaba una vida misteriosa, ya que nunca se le veía en la calle, excepto, los domingos para asistir a la misa, ese día se levantaba muy temprano para recorrer el corto camino que le separaba de la parroquia de Santa Isabel de los Abades.
El resto de la semana vivía encerrado en su casa completamente sólo, a la única persona que veía, era a la señora que tenía contratada, y que iba todas las mañanas a arreglar y asear la casa y del mercado le llevaba viandas para su consumo.
Así transcurría el tiempo, hasta que un cierto día, cuando la señora y, en vista de que el anciano capitán no contestaba a sus insistentes llamadas, dió aviso a la justicia, la cual se personó acompañada de un cerrajero, cuando abrieron la puerta.. encontraron al capitán tendido sobre su lecho y sin vida....>>
El capitán, tenía fama de poseer riquezas, pero como ya he dicho, carecía de toda familia, así que, la justicia se apoderó de la casa y, tras hacer un minucioso registro de la misma, solo hallaron una pequeña cantidad en monedas de oro que el viejo capitán guardaba en el fondo de un arcón.
Diose cristiana sepultura al pobre y anciano capitán, la justicia quedó en posesión de su casa y sus bienes... y los vecinos tuvieron para murmurar muchos días.
Pasó largo tiempo la casa del capitán cerrada, hasta terminar los trámites judiciales consentidores de su venta en pública subasta, pero he aquí, que entre los vecinos de San Luís empezó a cundir la noticia;
"en la casa del difunto capitán, ¡había miedo!
Declararon personas de cierta ceriedad, haber oído durante la noche;
"ruidos de cadenas y lúgubres lamentos, asegurando que, a altas horas de la noche, un fantasma salia por los huecos de la casa"
Ante semejante leyenda, se hizo imposible la venta de la casa, y los señores de la Real Chancilleria, ofrecieron la casa para ser habitarla "gratuitamente" a fin de desterrar aquel pánico que se había despertado entre los vecinos del Albaycin.. pero a pesar de tan generoso ofrecimiento, nadie se presentaba.
Por aquellos días, fue nombrado alguacil un tal Cosme, el cual había prestado grandes servicios a la justicia, y se le consideraba "hombre de extraordinario valor"
Enterarse Cosme de la extraordinaria leyenda y presentarse ante los oidores de la Real Chancilleria, todo fue uno.
<<yo -- dijo -- me encargo de deshacer tal pátraña, esta misma noche, "me quedaré en la casa" que ronden sus alrededores unos cuantos corchetes, y que acudan en caso de yo necesitarlos,
¡Ya veremos si existe el fantasma...
. Mañana segunda parte..
La casa del anciano capitán.
1ra. Parte.
Cuenta la leyenda, que este viejo capitán, que carecía de toda familia y tenía una salud achacosa, (gastada durante el cerco a la ciudad) recluido, como un ermitaño, llevaba una vida misteriosa, ya que nunca se le veía en la calle, excepto, los domingos para asistir a la misa, ese día se levantaba muy temprano para recorrer el corto camino que le separaba de la parroquia de Santa Isabel de los Abades.
El resto de la semana vivía encerrado en su casa completamente sólo, a la única persona que veía, era a la señora que tenía contratada, y que iba todas las mañanas a arreglar y asear la casa y del mercado le llevaba viandas para su consumo.
Así transcurría el tiempo, hasta que un cierto día, cuando la señora y, en vista de que el anciano capitán no contestaba a sus insistentes llamadas, dió aviso a la justicia, la cual se personó acompañada de un cerrajero, cuando abrieron la puerta.. encontraron al capitán tendido sobre su lecho y sin vida....>>
El capitán, tenía fama de poseer riquezas, pero como ya he dicho, carecía de toda familia, así que, la justicia se apoderó de la casa y, tras hacer un minucioso registro de la misma, solo hallaron una pequeña cantidad en monedas de oro que el viejo capitán guardaba en el fondo de un arcón.
Diose cristiana sepultura al pobre y anciano capitán, la justicia quedó en posesión de su casa y sus bienes... y los vecinos tuvieron para murmurar muchos días.
Pasó largo tiempo la casa del capitán cerrada, hasta terminar los trámites judiciales consentidores de su venta en pública subasta, pero he aquí, que entre los vecinos de San Luís empezó a cundir la noticia;
"en la casa del difunto capitán, ¡había miedo!
Declararon personas de cierta ceriedad, haber oído durante la noche;
"ruidos de cadenas y lúgubres lamentos, asegurando que, a altas horas de la noche, un fantasma salia por los huecos de la casa"
Ante semejante leyenda, se hizo imposible la venta de la casa, y los señores de la Real Chancilleria, ofrecieron la casa para ser habitarla "gratuitamente" a fin de desterrar aquel pánico que se había despertado entre los vecinos del Albaycin.. pero a pesar de tan generoso ofrecimiento, nadie se presentaba.
Por aquellos días, fue nombrado alguacil un tal Cosme, el cual había prestado grandes servicios a la justicia, y se le consideraba "hombre de extraordinario valor"
Enterarse Cosme de la extraordinaria leyenda y presentarse ante los oidores de la Real Chancilleria, todo fue uno.
<<yo -- dijo -- me encargo de deshacer tal pátraña, esta misma noche, "me quedaré en la casa" que ronden sus alrededores unos cuantos corchetes, y que acudan en caso de yo necesitarlos,
¡Ya veremos si existe el fantasma...
. Mañana segunda parte..