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PEDRO MARTINEZ: LEYENDAS GRANAINAS La Cajita de Sandalo. 1ra. parte....

LEYENDAS GRANAINAS La Cajita de Sandalo. 1ra. parte.

Cuenta la leyenda, que hubo una vez en Granada un aguador al que todos conocían como "Perejil", éste se ganaba la vida vendiendo agua fresca con la sola compañía de su burrito.
Un buen día, al ir por agua al pozo de la Alhambra, se encontró con un viejo moro que parecía muy enfermo, este pobre anciano le pidió ayuda y albergue a Perejil con la promesa de una buena gratificación, el aguador Perejil, no pudo negarle el auxilio a pobre anciano, aunque éste no le hubiera ofreció nada a cambio, así que, le dió su apoyo y hospitalidad, como no iba a ayudar a anciano enfermo, e inmediatamente lo condujo a su casa en el barrio del Albaycin.
Esa misma noche la salud de anciano empeoró notablemente, hasta tal punto, que al amanecer del nuevo día ya había fallecido, pero antes de morir, le entregó a Perejil una antiquísima cajita de sandalo que llevaba escondida entre sus ropajes.
Ante la muerte del anciano, la mujer del aguador se puso como loca de miedo, pensando que los meterían presos cuando encontrarán el cadáver del anciano en su casa, entonces Perejil, optó por sacar el cadáver de madrugada, y cargandolo en su burrito lo bajo hasta el Río Genil enterrandolo en uno de sus márgenes.
Pero con lo que no contaban, ni Perejil ni su mujer, es que su vecino Pedro el "barbero", no sólo vió como como el matrimonio entró al anciano en su casa, sino que además había seguido a Perejil hasta el río y vió como enterró al anciano moro.
En cuanto amaneció, Pedro el barbero fue en busca del alcayde y le contó su versión de los hechos.
Inmediatamente, el alcayde mandó llamar a su presencia a Perejil, y le propuso un trato;
"pasaría por alto el asesinato del viejo moro infiel, si a cambio le daba las joyas que le había robado al moribundo"
Perejil juró que el no había asesinado ni robado al anciano, y que sólo conservaba una cajita de sandalo que el propio anciano le dió antes de morir, el alcayde abrió ansioso la cajita de sandalo con la esperanza de encontrar algo muy valioso, pero con gran desencanto, descubrió que ésta, solo contenía;
"una vela medio gastada y un viejo pergamino escrito con caracteres árabes"
El alcayde devolvió a Perejil su "insignificante" cajita de sandalo, y dejó que se marchara.
Esa misma tarde, Perejil visitó a un moro amigo suyo que vendía perfumes en el Zacatin, éste observó minuciosamente y tradujo aquel pergamino.....

Fin de la 1ra. parte.