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PEDRO MARTINEZ: LEYENDAS GRANAINAS... El Mago y la Hechicer 4ª parte....

LEYENDAS GRANAINAS. El Mago y la Hechicera. 3ra. parte.

... después de escucharlo en silencio y meditar un largo tiempo, le dijo;

" En Egipto, poderoso rey, vi y estudie un prodigioso invento, se haya colocado en una montaña que domina el valle en que se encuentra la ciudad de Borza, cerca del Río Nilo. Ésta compuesto, de dos figuras de bronce: un gallo y un carnero, que giran independientemente sobre un mismo eje, si algún peligro se cierne sobre la ciudad, el gallo empieza a cantar, mientras que el carnero señala la dirección por donde avanza el enemigo, de esta forma los laboriosos habitantes estaban siempre a cubierto"

¡Mahoma me ilumine!--imploró el rey
¡es eso lo que necesito!
un carnero y un gallo centinelas, dejaría de tener los asaltos de mis enemigos ¡Ala Akbar!
es la tranquilidad para mis últimos años.
Con suma tranquilidad, esperó el mago a que el rey diera rienda suelta a sus deseos, luego, con voz grave, de quien hace profundas revelaciónes, agregó;

--Conocéis ya mis viajes a las lejanas tierras de los faraones, siguiendo a los victoriosos ejércitos de Amrou y como trabé conocimiento con la flor de la sabiduría--

Un día paseaba con un sacerdote a orillas del Nilo, cuando interrumpió de forma extraña nuestra discusión sobre un elevado tema astrologíco;
allí es, dió solemne, al tiempo que me señalaba las grandiosas pirámides, donde se encuentra la verdadera y única fuente del conocimiento. De las tres, la que está en el medio, guarda la momia del supremo sacerdote a cuyos esfuerzos se deben estos maravillosos momentos. A su lado se encuentra el excelso libro de la sabiduría que encierra los preciados secretos de la ciencia que enseña y hace cosas extraordinarias y admirables: la magia.
Ese libro lo recibió Adán al ser expulsado del paraíso, gracias a su ayuda, el rey Salomón pudo construir el templo de Jerusalén, y luego, el supremo sacerdote, las pirámides. Saber que existía tal obra y enloquecer por el deseo de poseerla fue una sola cosa.
Con los soldados que tenía a mis órdenes y cientos de esclavos egiipcios, taladré la pirámide hasta dar con uno de los múltiples pasadizos. A riesgo de perder mi vida, seguí sus vericuetos y logré encontrar la cámara que guardaba desde hacía siglos, la momia del Supremo Sacerdote...

Fin de la 3ra. parte.

LEYENDAS GRANAINAS... El Mago y la Hechicer 4ª parte.

.... la cámara que guardaba desde hace siglos la momia del Supremo Sacerdote...
Fácil me fue entonces apoderarne del libro y abandonar con gran alegría el impresionante monumento... --pero, ¿de que me sirve, sabio Ibrahim--interrumpió impaciente Aben Abuz--, el hecho de que te hayas apoderado del libro de la sabiduría?
Pronto lo sabrás poderoso señor, él me ha instruido en preciadas cosas, gracias a él, no sólo obligó a un gentío a que venga en mi ayuda, sino que puedo conseguir un aparato muy superior al que te he descrito.
Sabio Eben Abu Ajib, imploró el rey, hazlo, ¡consigue la tranquilidad de mis últimos años, y todos mis tesoros serán tuyos!
¡Ala Akbar! ¡lo que es, es!
¡lo que ha de ser, será! contestó el mago dando término a la entrevista.
Y sin perder tiempo, se dispuso a cumplir los anhelos del rey. Comenzó a construir sobre la parte más alta del palacio, una elevada torre, sobre la cual fijó un eje, sobre el que giraban en vez de un gallo y un carnero, un moro a caballo armado de escudo y una lanza, que giraba en la dirección en que avanzaba el enemigo.
Debajo de la figura, se abría una sala circular con aberturas que dominaban los cuatro puntos cardenales. Frente a cada una de esas extrañas ventanas, situó mesas sobre las que colocó diminutas figuras de guerreros, alineadas como si se tratará de dos ejércitos prontos a darse batalla y separados por una pequeña lanza grabada con misteriosos símbolos.
La sala era guardada por una gruesa puerta de bronce con cerradura de acero, cuya única llave guardaba el rey celosamente. La terminacion del mágico aparato, coincidió con la falta de inactividad de sus enemigos, la paciencia comenzó a consumir al viejo rey.
Antes, decía con voz quejunbrosa a sus consejeros, me molestaban con una invasión diaria, ahora parece que éstos bandidos no existen.
Ya vendrán, solia repetir varias veces al día Eben Ajib.
Pronto estás palabras tuvieron confirmación, un amanecer, el guardia de la torre dió la alarma, la figura del moro había girado, señalando hacia Sierra Elvira, y su lanza se agitaba en dirección al Paso de Lope, Abén Habuz salto de su lecho gritando alborozado..
¡que las trompetas llamen a las armas!
Pero el mago, que había seguido en silencio al oficial portador de la noticia, exclamó;....

Fin de la 4 ta. pa
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LEYENDAS GRANAINAS. El Mago y la Hechicera. 5ª parte.

... Pero el mago que había seguido en silencio al oficial portador de la noticia, exclamó;
--De nada tienes necesidad, ¡Oh, rey! Dejad las armas tranquilas y a vuestro guerreros en el descanso, solo pido que os digneis subir a la torre. Con gran trabajo y gracias a la ayuda del bicentenario Ibrahim, consiguió el viejo rey ascender por la larga escalera. Abierta la pesada puerta, vió con asombro que la ventana que dominaba la dirección por ... (ver texto completo)