¿Habéis visto la luna llena de esta noche?
Cuándo andaba por la calle vi una sombra querer abandonar el suelo y saltaba, saltaba queriendo recoger su luz pero caía vencida de nuevo a los pies de su dueño que caminada sin darse cuenta de nada.
Me acerqué a ese hombre y le pregunté:
¿ha visto usted qué luna más bonita hay esta noche?
El hombre, cuyo rostro triste marcaba sus facciones, levantó los ojos hacia el cielo y se quedó mirándola como si fuera una ventana dónde asomarse.
Algo debió ver que no consigo adivinar pero sus labios levantaron su perfil y dibujaron una pequeñísima sonrisa.
Le dejé allí sonriendo, los dos sonreíamos.
Antes de girar la esquina volví a mirar hacia el hombre y vi que la sombra había desaparecido y ahora era él quien miraba la luna y saltaba, saltaba levantando la mano y queriéndola coger.
Volví a sonreír.
No dejéis de soñar y saltad, saltad hacia vuestros sueños. Quién sabe la distancia que hay hasta ellos.
Cuándo andaba por la calle vi una sombra querer abandonar el suelo y saltaba, saltaba queriendo recoger su luz pero caía vencida de nuevo a los pies de su dueño que caminada sin darse cuenta de nada.
Me acerqué a ese hombre y le pregunté:
¿ha visto usted qué luna más bonita hay esta noche?
El hombre, cuyo rostro triste marcaba sus facciones, levantó los ojos hacia el cielo y se quedó mirándola como si fuera una ventana dónde asomarse.
Algo debió ver que no consigo adivinar pero sus labios levantaron su perfil y dibujaron una pequeñísima sonrisa.
Le dejé allí sonriendo, los dos sonreíamos.
Antes de girar la esquina volví a mirar hacia el hombre y vi que la sombra había desaparecido y ahora era él quien miraba la luna y saltaba, saltaba levantando la mano y queriéndola coger.
Volví a sonreír.
No dejéis de soñar y saltad, saltad hacia vuestros sueños. Quién sabe la distancia que hay hasta ellos.