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PEDRO MARTINEZ: LEYENDAS GRANAINAS. La bota del fraile. 3ra. y última...

LEYENDAS GRANAINAS. La bota del fraile".1ra. Parte. y 2ª parte

.... cuenta la leyenda, que corria el año 1700 en la mágica Granada, eso si, muy distinta a la actual, sobre todo la zona del Zacatin, Bibarrambla y Plaza del Carmen.

El Zacatin tenía acceso al Corral del Carbón atravesando el viejo puente del Carbón o Puente Nuevo, o por la Calle de Mariana Pineda, bordeando los muros del antiguo Convento del Carmen, una estrecha y solitaria callejuela que iba por la rivera del Río Darro, por la que los carboneros solia acceder al Corral del Carbón a dejar su mercancía.
A la entrada del edificio del Corral, existían entonces dos pequeños talleres, uno, el del lado derecho, hacia "pequeños santos de escayola"
y el de la izquierda era el taller de un
"zapatero remendon"
conocido como "Maese medias suelas", el cual hacía su trabajo más llevadero contando historias y leyendas a sus clientes y vecinos, mientras el trabajaba remendando los zapatos.
Un día se presentó por el taller un fraile del cercano convento, entregando a "Maese Medias Suelas" una vieja bota para ser arreglada, el zapatero le dió una fecha de recogida sin estar seguro de que la tendría arreglada.
Llegada la noche el zapatero dió las buenas noches a sus comerciantes vecinos y tras comer un trozo de pan con tocino, extendió un viejo y modesto jergon y se echó a dormir. Pasado algún rato, escuchó un ruido en el interior del taller, tras encender un pequeño candil de barro, parecido a la "lámpara mágica" de los cuentos de las "Mil y una Noches"....
le invadió el terror, cuando vió como la vieja bota del fraile puesta en pie daba saltos, tirando todas las herramientas del taller, tan asustado estaba, que hasta el candil se le escapó de las manos cayendo al suelo y allí quedó.. Fin de la 1ra. Parte
2da. parte.

... Por fortuna la lámpara no se apagó, a continuación la bota se quedó parada, y Maese medias, suelas escuchó una voz proviniente del interior de la bota que le dijo;
"si quieres hacerte rico, tienes que ir esta noche a rescatar a mi" bota hermana", que está presa de un encantamiento, y dentro, encontrarás un magnífico tesoro, pero, para conseguirlo, primero debes sacar a mi bota hermana antes de que su prisión se vuelva a cerrar a causa del conjuro que le hizo un viejo moro hace más de un siglo, y está noche, la noche mágica de San Juan, es el día elegido, ya que el hechizo desaparecerá por unos minutos, los cuales hay que aprovechar para rescatarla a ella y sacar el tesoro"
Maese medias suelas, que el pobre no tenía nada más que trampas y sin familia, contestó sin titubear;
¡pues vamos!
El zapatero y la bota se encaminaron por el Río Darro hacia arriba, en aquellos tiempos el río tenía poca agua, así que fueron caminaron por su cauce. Cuando por fin llegaron a la desembocadura del arroyo siempre seco donde está la Fuente Quebrada, ya casi pasado el Sácromonte, subieron por el barranco hasta llegar a los restos de una antigua muralla mora, entonces le dijo la bota;
"aquí es, tienes que estar atento al comienzo del toque de media noche de la Torre de la Vela, porque justo en ese momento, se abrirá la prisión"
Dado que había plenilunio, la Vela se distinguía perfectamente cuando comenzaron las campanadas de media noche, de pronto se oyó un fuerte ruido, algo así, como el derrumbe de una casa, la muralla se abrió y apareció la boca de una cueva.... Fin de la 2da. Parte.

LEYENDAS GRANAINAS. La bota del fraile. 3ra. y última parte.

Entonces el zapatero que era un hombre decidido y ya que estaba inmerso en la aventura, estaba dispuesto a llegar hasta el final, por lo que entró resuelmente en aquella enigmática cueva, y en efecto, allí estaba la "bota hermana" de su acompañante de aventura.
Con un gesto resuelto, agarró aquella bota que pesaba una arroba, saliendo justo a tiempo de que se cerrara debido al hechizo, la puerta se cerró por otros cien años.
Echándose la bota a las espaldas, regreso al taller, mientras la otra bota caminando a su lado, la vieja bota mágica, daba botes de alegría. Al llegar a su casa-taller volcó el contenido de la bota rescatada sobre su pobre jergon, y de ella salió todo un tesoro de brillantes, brazaletes y doblas de oro, pero cuando quiso darse cuenta, las dos botas hermanas, habían desaparecido como por encanto (nunca mejor dicho).
Entonces Maese medias suelas, metió ya, su preciado el tesoro, en unas grandes alforjas alpujarreñas y se fue derecho a la antigua Posada del Toro, diciendo que venía de un pueblo, nadie le hizo preguntas, pasó la noche en la posada, y por la mañana le compró una mula a un arriero que también paraba en dicha posada, cargó en el su tesoro y se fue para Valencia. Aposetandose en Gandia, y dado que al dinero, nunca se le pregunta de donde viene, el antiguo zapatero, adquirió una buena vivienda y otras propiedades, y dado que era hombre de buena educación y conversación, pronto tuvo muchos amigos que al creerlo rico se lo rifaban, y esas buenas relaciones le llevaron a encontrar novia, casarse y formar una familia, cosa que hasta el momento se le había negado.
Mientras los vecinos del Corral del Carbón echaban de menos a Maese Medias Suelas no abriera su vieja zapatería, y pronto los clientes que habían entregado algún calzado para arreglar, reclamaron en el Cabildo, que por aquel entonces estaba instalado en la Madraza que mandaron a un escribano acompañado de un alguacil, para que cada cual pudiera recuperar sus zapatos, botas, etc. Y como no tenían nada en contra del zapatero, y sabían que era más pobre que las ratas, pues para que perder el tiempo preocupándose por el.
Según algunos historiadores, el zapatero Maese medias suelas, cambió su apellido por el de
"botin" y su familia se crío en la abundancia.