Foto de la taracea, estrellas y geometría de ensueño..
Yo soy la taracea y, con toda seguridad, al final de tu paso por Granada seré uno de los miles de detalles que te acabarán enamorando de esta bella ciudad porque también soy uno de los elementos que más caracterizan a este lugar de embrujo. Soy estrellas y figuras de ensueño incrustadas en madera de distintas procedencias. Soy artesanía viva repleta de raíces
Quizá no sabías mi nombre, pero si tuvieras que hablar sobre la decoración de Granada seguramente mi imagen sería la elegida. Y es que soy una de las mayores representantes de influencia viva de la Alhambra. Soy una técnica de artesanía muy antigua que trajeron los andalusíes a Granada allá por el siglo XIV. Pero mi historia se remonta mucho más atrás, ya que en el año 2.000 a. C ya había constancia de mi existencia en Mesopotamia, momento en el que las tropas de Alejandro Magno me adaptaron a su vida. Después de pasar por muchos pueblos y culturas como la griega y la romana, fui exportada de la India por los árabes, que me trajeron a España y fue aquí, en Toledo y en Granada, donde mi belleza brilló más.
Mi apariencia más conocida es en forma de cajita, pero también aparezco en baúles, bandejas, marcos y hasta juegos de mesa. Soy una técnica de artesanía que consiste en la incrustación. Los artesanos hacen hendiduras en la madera y luego las rellenan de otros materiales que pueden ser madera, metal, piedras o, antiguamente, hueso y marfil, esta materia prima se ha sustituido en la actualidad por otra sintética.
La madera puede ser muy diversa y es común encontrar nogal, caoba, ébano o palo santo. E incluso es normal combinar distintos tipos de madera en una misma pieza también. Las formas que suelen dibujar son figuras y dibujos geométricos árabes muy diversas, destacando las figuras de estrellas de 6, 8, 12 y 16 puntas. Estrellas hermosas que coronan el cielo de la Alhambra.
Cómo hacer taracea, ocho siglos de influencia
Y su belleza es apreciada en lugares de todo el mundo. Una joya en peligro de extinción, ya que es una técnica artesanal muy laboriosa que cada vez está cayendo más en desuso. Su pérdida sería una gran lástima, ya que esta tradición artesanal granadina nos habla directamente de la gran influencia que tuvo la permanencia árabe en esta ciudad durante 8 siglos.
En la actualidad la taracea sigue siendo tradicional en Granada y en Damasco.
Tarcia en árabe es incrustación, por eso taracea es el nombre castellano que se adapta para hablar de este tipo de marquetería. Si paseas por las calles de Granada descubrirás taraceas en cientos de rincones, pero es en uno de ellos donde se ubica la cúspide máxima de la representación de esta bella técnica. La hermosa y mágica Alhambra ofrece a nuestros ojos puertas, muebles, techos, arquillas, atauriques y jamugas plagados de esta técnica. Así que si quieres soñar con historias encumbradas por bellas estrellas de mundos lejanos, solo tienes que ensimismarte con los detalles eternos que siempre nos ofrecerá la mágica fortaleza roja.
En Granada sigue habiendo artesanos que realizan auténticas obras de arte con esta técnica. La Alcaicería es una empresa familiar que abrió su primer taller en 1960 y está dedicada a la artesanía desde hace varias generaciones. Aquí podrás encontrar estuchería, juegos, marcos, cuadros, muebles… Y mucho más. Incluso puedes hacer encargos personales que tengan a esta técnica como protagonista.
Este comercio bien merece una visita, ya que se encuentra en uno de los muchos puntos mágicos de la ciudad, la calle Alcaicería.
Este lugar se caracteriza por sus calles estrechas y antiguamente era un zoco donde se vendía la seda. Era un barrio típico de la cultura musulmana donde se encontraba el Gran Bazar de Granada, que se extendía desde lo que ahora es Plaza Nueva hasta Plaza Bib-Rambla.
Yo soy la taracea y, con toda seguridad, al final de tu paso por Granada seré uno de los miles de detalles que te acabarán enamorando de esta bella ciudad porque también soy uno de los elementos que más caracterizan a este lugar de embrujo. Soy estrellas y figuras de ensueño incrustadas en madera de distintas procedencias. Soy artesanía viva repleta de raíces
Quizá no sabías mi nombre, pero si tuvieras que hablar sobre la decoración de Granada seguramente mi imagen sería la elegida. Y es que soy una de las mayores representantes de influencia viva de la Alhambra. Soy una técnica de artesanía muy antigua que trajeron los andalusíes a Granada allá por el siglo XIV. Pero mi historia se remonta mucho más atrás, ya que en el año 2.000 a. C ya había constancia de mi existencia en Mesopotamia, momento en el que las tropas de Alejandro Magno me adaptaron a su vida. Después de pasar por muchos pueblos y culturas como la griega y la romana, fui exportada de la India por los árabes, que me trajeron a España y fue aquí, en Toledo y en Granada, donde mi belleza brilló más.
Mi apariencia más conocida es en forma de cajita, pero también aparezco en baúles, bandejas, marcos y hasta juegos de mesa. Soy una técnica de artesanía que consiste en la incrustación. Los artesanos hacen hendiduras en la madera y luego las rellenan de otros materiales que pueden ser madera, metal, piedras o, antiguamente, hueso y marfil, esta materia prima se ha sustituido en la actualidad por otra sintética.
La madera puede ser muy diversa y es común encontrar nogal, caoba, ébano o palo santo. E incluso es normal combinar distintos tipos de madera en una misma pieza también. Las formas que suelen dibujar son figuras y dibujos geométricos árabes muy diversas, destacando las figuras de estrellas de 6, 8, 12 y 16 puntas. Estrellas hermosas que coronan el cielo de la Alhambra.
Cómo hacer taracea, ocho siglos de influencia
Y su belleza es apreciada en lugares de todo el mundo. Una joya en peligro de extinción, ya que es una técnica artesanal muy laboriosa que cada vez está cayendo más en desuso. Su pérdida sería una gran lástima, ya que esta tradición artesanal granadina nos habla directamente de la gran influencia que tuvo la permanencia árabe en esta ciudad durante 8 siglos.
En la actualidad la taracea sigue siendo tradicional en Granada y en Damasco.
Tarcia en árabe es incrustación, por eso taracea es el nombre castellano que se adapta para hablar de este tipo de marquetería. Si paseas por las calles de Granada descubrirás taraceas en cientos de rincones, pero es en uno de ellos donde se ubica la cúspide máxima de la representación de esta bella técnica. La hermosa y mágica Alhambra ofrece a nuestros ojos puertas, muebles, techos, arquillas, atauriques y jamugas plagados de esta técnica. Así que si quieres soñar con historias encumbradas por bellas estrellas de mundos lejanos, solo tienes que ensimismarte con los detalles eternos que siempre nos ofrecerá la mágica fortaleza roja.
En Granada sigue habiendo artesanos que realizan auténticas obras de arte con esta técnica. La Alcaicería es una empresa familiar que abrió su primer taller en 1960 y está dedicada a la artesanía desde hace varias generaciones. Aquí podrás encontrar estuchería, juegos, marcos, cuadros, muebles… Y mucho más. Incluso puedes hacer encargos personales que tengan a esta técnica como protagonista.
Este comercio bien merece una visita, ya que se encuentra en uno de los muchos puntos mágicos de la ciudad, la calle Alcaicería.
Este lugar se caracteriza por sus calles estrechas y antiguamente era un zoco donde se vendía la seda. Era un barrio típico de la cultura musulmana donde se encontraba el Gran Bazar de Granada, que se extendía desde lo que ahora es Plaza Nueva hasta Plaza Bib-Rambla.