Leyenda del Cristo de los Favores.
Cuenta dicha leyenda que una bellísima joven del barrio, Dolores “La Perla”, le llevaba a ese Cristo crucificado los viernes por la tarde las flores más hermosas y frescas del jardín de su casa. Un viernes, tras colocar los ramos de flores, ante el Cristo, y mientras le rezaba, fue agredida por varios desconocidos. En seguida le pidió la muchacha al Cristo que la defendiera de los malhechores que intentaban abusar sexualmente de ella. Entonces un rayo apareció en un cielo sin nubes, iluminando la plaza y deshaciendo, por lo tanto, la oscuridad propia del atardecer. Seguidamente el brazo derecho de piedra del Cristo se desclavó del mármol de la Cruz y Jesús lo extendió sobre la cabeza de Dolores, como signo de protección. Ante este milagro, los malvados cayeron al suelo debido a la parálisis que invadió sus cuerpos. Dolores escapó corriendo, dejando atrás los cuerpos inmovilizados de sus ofensores. Pasó cierto tiempo y el jefe de la pandilla, un caballero de las aristocracia granadina, ingreso en la Orden franciscana para redimir, mientras viviera, su culpa por su mala acción..
Cuenta dicha leyenda que una bellísima joven del barrio, Dolores “La Perla”, le llevaba a ese Cristo crucificado los viernes por la tarde las flores más hermosas y frescas del jardín de su casa. Un viernes, tras colocar los ramos de flores, ante el Cristo, y mientras le rezaba, fue agredida por varios desconocidos. En seguida le pidió la muchacha al Cristo que la defendiera de los malhechores que intentaban abusar sexualmente de ella. Entonces un rayo apareció en un cielo sin nubes, iluminando la plaza y deshaciendo, por lo tanto, la oscuridad propia del atardecer. Seguidamente el brazo derecho de piedra del Cristo se desclavó del mármol de la Cruz y Jesús lo extendió sobre la cabeza de Dolores, como signo de protección. Ante este milagro, los malvados cayeron al suelo debido a la parálisis que invadió sus cuerpos. Dolores escapó corriendo, dejando atrás los cuerpos inmovilizados de sus ofensores. Pasó cierto tiempo y el jefe de la pandilla, un caballero de las aristocracia granadina, ingreso en la Orden franciscana para redimir, mientras viviera, su culpa por su mala acción..