Contigo aprendí que siempre la familia es lo primero, porque las risas, al igual que las lágrimas con ellos son más dulces, por muy amargas que sean. Porque no hace falta quitarle la venda de los ojos a esa persona que quieres, basta con caminar dandole la mano para que no se caiga hasta que se la quite, que la confianza es lo más importante y solo tenías que decir "tu puedes llegar lejos" para dar pilas a cualquiera de nosotros.