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PEDRO MARTINEZ: "La Tierra, La Luna y El Sol"...

"La Tierra, La Luna y El Sol"

Una noche, Doña Luna, se acercó a la Tierra para que le contara alguna de esas historias tan entretenidas sobre las personas que habitan en ella, pero la Tierra estaba muy callada…
– Eh! Tierra, amiga, ¿Qué le pasa que está tan callada en esta hermosa noche?
– No me siento muy bien, Doña Luna, me parece que me estoy enfermando, hasta creo que tengo fiebre, siento un calentamiento terrible en mi cabeza y en mis pies, es como si los hielos del Polo Norte y el Polo Sur se estuvieran derritiendo.
– ¿Ud. no se habrá acercado mucho al Sol?
– No! Para nada. Estoy siempre a la misma distancia, aparte cuando el Sol está fuerte me cubro con una capa, para que sus rayos no me lastimen, pero últimamente siento que esta capa se está gastando, como si tuviera algunos agujeritos.
– ¡No me diga!
– Y lo que es peor es que cada día me cuesta más respirar por el humo que hay. Mis pulmones verdes se están achicando, mi fuente de oxígeno, que son los árboles que hay en los bosques y en las selvas, están desapareciendo día a día.
– Ah!… Bueno pero si esto ocurre día a día y no noche a noche, el que debe saber más de su enfermedad es el Sol. Mañana tempranito le voy hacer una visita a Don Sol para ver si sabe algo.
Nunca vimos al Sol de noche pero a la Luna de día sí. Algunas veces la vemos que se asoma medio escondida a charlar con el Sol. Y así pasó esa mañana, apenas el Sol se estaba despertando la Luna se acercó y le preguntó:
– Don Sol, estoy preocupada por la Tierra, que anda medio enferma… ¿Ud. sabe algo?
– Yo también estoy preocupado. Sus colores ya no son los mismos. El verde de sus bosques y selvas está desapareciendo, el agua de sus mares y ríos, ya no es pura y cristalina como antes, el aire de su cielo ya no es transparente, está mezclado con humo y gases que lo ensucian. Pensar que cuando Dios la creó todo brillaba en ella, era la más linda de todos los planetas.
– Ay, Don Sol, qué tristeza! Nuestra amiga se está enfermando y hasta puede morir… ¿Qué podemos hacer para ayudarla?
– Nosotros nada. Los culpables son las personas que habitan en ella. Ellos deben cuidarla y protegerla pero hacen todo lo contrario. ¿Ud. Doña Luna, llenaría de basura su propio hogar? ¿Cortaría todas las plantas y árboles de su jardín dejándolo seco y sin verde? ¿Ensuciaría el agua que toma y el aire que respira con gases tóxicos, humo y otras porquerías?
– ¡Por supuesto que no!
– Las personas están logrando de a poco que la Tierra sea un hogar imposible de habitar. Cuando esto ocurra ¿a dónde van a ir a vivir?
– Hay que avisarles de alguna manera lo que están haciendo antes de que sea demasiado tarde.
– Yo les avisé a las personas mayores, dijo el Sol, pero no me escuchan. Tal vez los niños puedan escucharnos…
– De eso me encargo yo, Don Sol. Y esta misma noche.
Esa noche, cuando los niños y niñas del mundo dormían, la Luna se acercó sin hacer ruido, les acarició la cabeza con sus rayos de plata, y les dijo despacito al oído, susurrando:
– La Tierra se está enfermando, tenemos que ayudarla.
A otro le dijo:
– Pediles a tus papás que te ayuden a salvar la Tierra.
A otro:
– Si muere la Tierra no tendrán donde vivir, es su único hogar.
A otro:
– Trabajen todos juntos para salvar la Tierra.
Y así uno a uno fue trasmitiendo sus mensajes de salvación para su amiga la Tierra.
A la mañana siguiente los niños y niñas de todo el mundo se despertaron muy preocupados por el sueño que habían tenido. Cuando fueron a la escuela, todos comentaban que habían soñado con la Luna y que les había hablado al oído.
- ¿Y qué les decía la Luna? Preguntó la señora.
Los niños contaron a la maestra lo que la Luna les dijo.
– Lo que les dijo la Luna es cierto, nuestro planeta Tierra está sufriendo por nuestra culpa y debemos salvarlo.
– ¿Y qué podemos hacer? – preguntó un niño.
– Hay muchas cosas simples y sencillas que podemos hacer en la escuela y en la casa: Una de las cosas que más le preocupa a la Tierra es que las personas gastan mucho papel, y sobre todo en la escuela. ¿Y saben por qué? Porque el papel se fabrica, aunque Uds. no lo crean, con madera.
¿Y de dónde se saca la madera?… De los árboles. Cuanto más papel usamos, más madera hace falta y más árboles se cortan. Así poco a poco nuestros bosques y selvas van desapareciendo y así mueren también todos los animalitos que vivían en esos bosques y selvas.
Pero hay algo más… los árboles tienen un poder especial, una misión que Dios les ha dado: purificar el aire que respiramos. Si destruimos todos los árboles del planeta, no podremos respirar y… ¿Se puede vivir sin respirar?
– Pero el papel es necesario porque sin él no tendríamos cuadernos, libros y tantas cosas necesarias tanto en la escuela como en la casa. – dijo uno de los niños.
– Lo que tenemos que hacer es no derrochar papel, usarlo si es necesario y no tirar tanto papel a la basura porque muchas veces lo podemos volver a usar. Y eso es lo que vamos hacer en la escuela todo el año, reutilizar el papel. Vamos a trabajar y hacer muchas cosas lindas con papeles, cartulinas, afiches, revistas, cartones, cajas, etc. ¿Qué les parece?…
Así los niños empezaron a pensar también en otras pequeñas cosas que podían hacer en la escuela y en la casa; y después fueron a contar a sus familias y a sus vecinos lo que harían…
Pasaron los días y la Luna fue a conversar con su amiga Tierra y notó que su aspecto había mejorado.
– ¿Sabes una cosa Luna? Me estoy sintiendo un poco mejor…