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PEDRO MARTINEZ: - EL ACUSADO -...

- EL ACUSADO -

Era un tipo callado, irascible, todo el pueblo sospechaba del él.
Tampoco le ayudaban mucho ni sus rasgos, ni su forma de vestir.
Vivía en una casa alejada, rodeado de una decena de perros. Acumulaba todo tipo de materiales de construcción con lo cual, aumentaban las sospechas que recaían sobre ese desaliñado personaje.
Se rumoreaba, que fue quien asesinó al viejo Richardson y que después se deshizo de su cuerpo.
Los investigadores, inspeccionaron detalladamente sus herramientas, como picos, palas y si existía en los alrededores alguna zona de tierra removida, cemento reciente o cualquier cosa anómala en el terreno. Todo fue en vano.
En uno de sus paseos al amanecer, uno de sus perros, empezó a olisquear y escarbar en unos densos matorrales.
Al ver actuar así al animal y ayudándose con una piedra plana y un pequeño tronco de madera, comenzó a retirar tierra.
Su perro más independiente, Mozart, empezó a ladrar. El motivo no era otro que le estaban siguiendo los ayudantes del detective que llevaba a cabo la investigación.
Le despojaron de la piedra y le esposaron una vez descubrieron el cuerpo envuelto en unos viejos plásticos. Pero algo cayó de la mano de la víctima, un botón.
Unas semanas atrás, el detective tomaba en un pequeño bar un café y al acercarse al baño, se fijó en que un hombre que desayunaba, le faltaba un botón de su anorak. No le dio la menor importancia, simplemente pensó que se lo podía coser, ya que quedaba muy mal. Una vez localizado el cadáver y ver el botón, recordó el detalle de ese hombre.
Volvió el detective a la cafetería para preguntar si conocían al hombre que había estado semanas atrás desayunando y que iba vestido con las indicaciones que le dió y su aspecto físico.
Se trataba del herrero de un pueblo próximo. Al acercarse a su casa y esperar a que llegase, le preguntó sobre la prenda mencionada y comprobaron que correspondía, con el que tenía la víctima en su mano cuando lo localizaron.
Hoy, ese hombre desaliñado al que todo el mundo acusaba, sigue haciendo su extraña vida, pero en libertad, al comprobarse que era inocente.