Las jaulas sirven para encerrar un ser y hacer de ella su hogar. Hacer que asuma que ese es su refugio y que ahí es donde estará siempre a salvo. No tendrá que preocuparse por nada más. Ni de buscar alimento, ni de los peligros que hay allá fuera, pues ahí dentro está protegido.
Pero… ¿sabe lo que hay fuera de la jaula? Quizás no sepa que se está perdiendo las maravillas que le ofrece el exterior. Sí, salir implica ser independiente, encontrar obstáculos, sobrevivir por sí mismo. Aunque también ofrece un sinfín de aventuras, un mundo entero por descubrir, lecciones de vida que aprenderá cada día. Habrá que trabajar duro para estar allí fuera; a veces otros seres serán mezquinos y crueles, pero también encontrará a quienes le tiendan la mano, y merecerá la pena el esfuerzo.
Por eso, si tienen que existir las jaulas, por muy bonitas que sean, que tengan la puerta abierta.
Que el ser que hay dentro elija cuándo refugiarse en esa "zona de confort" (si es que quiere o lo necesita) y cuándo salir a volar.
Quizás quiera irse para siempre, y no regresar jamás. O irse por un tiempo y luego volver, o vivir unas temporadas dentro y otras fuera. O puede que prefiera quedarse siempre dentro, arropado por las comodidades que la jaula le ofrece.
Que escoja lo que le haga feliz, pero que tenga la opción de elegir.
Pero… ¿sabe lo que hay fuera de la jaula? Quizás no sepa que se está perdiendo las maravillas que le ofrece el exterior. Sí, salir implica ser independiente, encontrar obstáculos, sobrevivir por sí mismo. Aunque también ofrece un sinfín de aventuras, un mundo entero por descubrir, lecciones de vida que aprenderá cada día. Habrá que trabajar duro para estar allí fuera; a veces otros seres serán mezquinos y crueles, pero también encontrará a quienes le tiendan la mano, y merecerá la pena el esfuerzo.
Por eso, si tienen que existir las jaulas, por muy bonitas que sean, que tengan la puerta abierta.
Que el ser que hay dentro elija cuándo refugiarse en esa "zona de confort" (si es que quiere o lo necesita) y cuándo salir a volar.
Quizás quiera irse para siempre, y no regresar jamás. O irse por un tiempo y luego volver, o vivir unas temporadas dentro y otras fuera. O puede que prefiera quedarse siempre dentro, arropado por las comodidades que la jaula le ofrece.
Que escoja lo que le haga feliz, pero que tenga la opción de elegir.