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PEDRO MARTINEZ: CIMÓN Y PERO...

CIMÓN Y PERO

Corría el año (45-79 d. c) en la época del rey Luis IVX.
Era una tarde cualquiera un hombre de nombre Cimón, caminaba por aquellas calles empedradas.
Sentía desfallecer de hambre pero no había persona que un pan le regalara.
¡Fuera de aquí! ¡Aléjate, vete a vagar a otra parte! Le gritaban.
Su hambruna, comida le reclamaba.
Mientras seguía caminando miro que en un puesto una persona se descuidaba.
Sin pensarlo tomo una pieza de pan y se hecho a correr.
¡Agarrenlo,! ¡Agarren a ese ladrón!
Se escuchaban gritos por doquier.
Cimon, ya no pudo correr más. Su vejez y su falta de comida lo hizo casi desmayar.
Mientras miraba como las personas lo acorralaban.
El solo pensó en su hambre saciar y disfruto aquella mordida que le dio a tan suculento pan.
La guardia del rey lo arresto y un juez fue el que lo sentenció.
Losiento pero este mendigo tendrá que morir por inanición.
El robar es un pecado y apartir de hoy este hombre no volverá a probar ningún bocado.
En una celda lo encerraron.
Cimón en la oscuridad de ella solo pensaba.
Cómo puede ser así de injusta la vida que por una pieza de pan la vida poco a poco me quitaran.
Su hija de nombre PERO se enteró de que a su padre un juez lo sentencio.
A morir de hambre y un plan se le ocurrió.
Pidió vicitar todos los días a su padre y con sus pechos lo amamanto.
Nadie lo podía creer, miraban pasar los días y aquel hombre no lo miraban caer.
¡Pero si por varios días comida no le hemos dado!
¿Cómo puede seguir aún con vida este pobre viejo tan desgastado?
Así que más atención le prestaron y cuando llegó la vicita a Pero y a Cimón cacharon.
Varios hombres quedaron asombrados de la bondad que su hija a su padre le demostraba.
El juez al enterarse de la noticia su corazón se quebranto.
Mando a traer a Cimón y a su hija y sus vidas le perdono.
El tiempo siguió su marcha y todos por muchos años hablaron de tan grande bondad.
Que muchos pintores, para que no se olvidaran de ella.
En hermosas pinturas la desearon inmortalizar.