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PEDRO MARTINEZ: La leyenda de Ícaro...

La leyenda de Ícaro

Dédalo era un gran inventor en la época gloriosa del imperio Griego. Había construido para el rey Minos un retorcido laberinto para encerrar en él al Minotauro. Pero tanto él como su hijo estaban retenidos por el rey en Creta. Ellos querían salir de allí y regresar a su patria, pero el rey Minos controlaba tierra y mar y no podían escapar.

Entonces, Dédalo observó el elegante vuelo de un águila y se le ocurrió una idea:

– ¡Ya lo tengo!- dijo entusiasmado a su hijo- ¡Construiré unas alas y saldremos volando de esta isla!

Y así es cómo Dédalo comenzó a crear unas enormes alas, con plumas unidas con cera. Les dio una curvatura perfecta y al probárselas, comprobó eufórico que podía volar como los pájaros.

La advertencia de Dédalo a su hijo Ícaro
Antes de ponerle las alas a su hijo, Dédalo le advirtió muy serio:

– Ícaro, podrás volar como las aves. Solo tienes que mover los brazos de arriba a abajo, pero no olvides esto, porque es muy importante: no subas demasiado alto, porque el calor del sol derretirá la cera y caerás al mar; y tampoco vueles demasiado bajo, porque la espuma del mar mojará las plumas y ya no podrás volar.

– Sí, padre- dijo entonces Ícaro- lo tendré en cuenta.

Dédalo colocó con cuidado las alas a su hijo y luego él hizo lo mismo con las de su padre. Ambos alzaron entonces el vuelo. Pero Ícaro se entusiasmó al comprobar que podía ascender como los pájaros. Y de pronto comenzó a subir, a subir y a subir más y más, olvidando por completo la advertencia de su padre. El sol empezó entonces a derretir la cera que unía las plumas de las alas e Ícaro cayó, sin remedio, al mar.

Cuando Dédalo notó su ausencia, miró al mar y solo pudo ver las alas de su hijo flotando entre las olas. Terriblemente entristecido, maldijo el momento en el que desafió a las leyes de la Naturaleza. Cuando llegó a la isla de Sicilia, mandó construir un templo al Dios Apolo y depositó en él sus alas como tributo. Al pedazo de tierra más cercano al lugar donde cayó su hijo, lo llamó en su honor Icaria.