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PEDRO MARTINEZ: El buscador...

El buscador

Este cuento narra la historia de un buscador. Y un buscador es aquel que busca y que no necesariamente encuentra. Su vida consiste en buscar constantemente. Y esta persona sintió un día la necesidad de visitar la ciudad de Kammir, así que partió hacia allí sin pensárselo dos veces.

Llevaba dos días andando cuando el buscador divisó a lo lejos la ciudad de Kammir. Pero antes de llegar, atravesando una colina, se fijó en un sendero muy estrecho que partía del camino hacia la derecha. El sendero estaba bordeado de árboles muy verdes y de flores muy hermosas. El buscador no pudo resistir la tentación de investigar y comenzó a andar por el camino.

Además de graciosas mariposas de colores, el buscador se fijó en que el camino entre los árboles estaba salpicado de pequeñas piedras blancas. Pero al acercarse a un leyó una inscripción que decía:

‘Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días’.

De pronto su alma se entristeció, al darse cuenta de que se trataba de la lápida de un niño. Entonces se acercó a otra de las piedras y leyó:

‘Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas’.

El enigma que entristecía a ‘El buscador’
Pero, ¿cómo era posible? ¿Qué clase de maldición reinaba sobre aquel lugar? ¿Por qué todos morían tan jóvenes? Comprobó con una profunda tristeza que todas las piedras pertenecían a niños. El que más había vivido, solo alcanzaba los once años.

Y el buscador, totalmente apesadumbrado, se sentó junto a un árbol y rompió a llorar.

Entonces le vio un lugareño. Se acercó a él y le preguntó:

– ¿Puedo ayudarle? ¿Por qué está tan triste?

– Oh, tal vez pueda explicarme qué mal reina en esta ciudad. ¿Qué hace que mueran tantos niños? ¿Por qué existe este extenso cementerio infantil?

El hombre entonces sonrió y le dijo:

– No tema, no existe ningún maleficio. Verá, se lo explicaré: en este lugar tenemos una tradición. Cuando los niños cumplen 15 años, pensamos que comienza su etapa adulta y se les entrega como regalo una libreta como la que llevo colgada del cuello- Y el hombre le mostró su libreta- En ella debe apuntar todos los momentos maravillosos que ha vivido y el tiempo que duró.

En la hoja de la izquierda se anota el acontecimiento que le hizo feliz y a la derecha, cuánto duró ese momento de felicidad. Por ejemplo, el momento del primer amor, un viaje que te hizo feliz, el nacimiento de un hijo… Al final, cuando esta persona muere, se abre su libreta y se suma todo el tiempo que esa persona realmente vivió en felicidad, todo el tiempo disfrutado. Y esa es su edad real de vida.

El buscador entonces se quedó realmente impresionado ante el pensamiento tan profundo y sabio de aquella gente.