Leyendas de noruega
La leyenda de Haakón. Una leyenda de Noruega muy difundida desde hace mucho tiempo es aquella que cuenta la historia de Haakón, el cual era un ermitaño que custodiaba una
gran figura de un Cristo crucificado en una ermita bastante concurrida. El viejo cuidador siempre veía como todos los fieles llegaban desde distintos puntos del país a pedirle al crucificado que interceda en sus distintos males y pesares, este crucifijo era conocido como el “Cristo de los favores” y por tal motivo era muy solicitado. Un día Haakon se quedo mirando fijamente la imagen del crucifijo, entonces se arrodilló y le imploró a Cristo que le permitiese ocupar su lugar en la cruz, la figura entonces comenzó a moverse y la estatua de pronto cobro vida, miro fijamente al ermitaño y le dijo “De acuerdo, aceptaré el cambio con la única condición de que nunca hables, sea lo que fuera que veas, deberás guardar silencio”. Haakón quedó atónito al ver como su petición era respondida, sin embargo aceptó de inmediato el trato propuesto, así sucedió que el ermitaño y Cristo cambiaron sus puestos, Haakón subió a la cruz y Cristo quedó como cuidador del lugar. Pasó un tiempo considerable y todo transcurría en completa normalidad, nadie parecía advertir que la imagen de crucifijo había cambiado, por lo tanto todo estaba tranquilo. Sin embargo todo cambio un día en que un ricachón llegó a la ermita, pidió algunos favores a la cruz y luego se marchó olvidando una gran bolsa de dinero, luego llegó un pobre que al encontrarse con la bolsa no dudó ni un momento y se marchó con ella, por ultimo llegó un joven que estaba a punto de viajar hacia tierras muy lejanas, él venía a pedir para que su viaje fuera seguro, en eso estaba cuando el ricachón volvió a la ermita y comenzó a amenazar al joven viajero con denunciarlo, pues creía que él había tomado su dinero, en medio de la discusión Haakón no pudo aguantar más y gritó “´ ¡Detente!”, luego explicó a ambos hombres lo que había sucedido. Ambos quedaron atónitos ante la imagen del Cristo parlante y luego se marcharon dando la discusión por terminada. Leyendas de noruega Luego de este episodio el verdadero Cristo volvió y criticó a Haakón por su comportamiento, el ermitaño respondió ofuscado preguntando si debía dejar que tal injusticia se llevara a cabo, a lo que Cristo respondió que el dinero de ricachón estaba destinado a malas obras, el pobre que se lo había llevado en verdad lo necesitaba y le sería de ayuda, mientras que el joven que iba a ser injustamente encarcelado se hubiera salvado así del hundimiento del barco en el que ahora viajaba.
La leyenda de Haakón. Una leyenda de Noruega muy difundida desde hace mucho tiempo es aquella que cuenta la historia de Haakón, el cual era un ermitaño que custodiaba una
gran figura de un Cristo crucificado en una ermita bastante concurrida. El viejo cuidador siempre veía como todos los fieles llegaban desde distintos puntos del país a pedirle al crucificado que interceda en sus distintos males y pesares, este crucifijo era conocido como el “Cristo de los favores” y por tal motivo era muy solicitado. Un día Haakon se quedo mirando fijamente la imagen del crucifijo, entonces se arrodilló y le imploró a Cristo que le permitiese ocupar su lugar en la cruz, la figura entonces comenzó a moverse y la estatua de pronto cobro vida, miro fijamente al ermitaño y le dijo “De acuerdo, aceptaré el cambio con la única condición de que nunca hables, sea lo que fuera que veas, deberás guardar silencio”. Haakón quedó atónito al ver como su petición era respondida, sin embargo aceptó de inmediato el trato propuesto, así sucedió que el ermitaño y Cristo cambiaron sus puestos, Haakón subió a la cruz y Cristo quedó como cuidador del lugar. Pasó un tiempo considerable y todo transcurría en completa normalidad, nadie parecía advertir que la imagen de crucifijo había cambiado, por lo tanto todo estaba tranquilo. Sin embargo todo cambio un día en que un ricachón llegó a la ermita, pidió algunos favores a la cruz y luego se marchó olvidando una gran bolsa de dinero, luego llegó un pobre que al encontrarse con la bolsa no dudó ni un momento y se marchó con ella, por ultimo llegó un joven que estaba a punto de viajar hacia tierras muy lejanas, él venía a pedir para que su viaje fuera seguro, en eso estaba cuando el ricachón volvió a la ermita y comenzó a amenazar al joven viajero con denunciarlo, pues creía que él había tomado su dinero, en medio de la discusión Haakón no pudo aguantar más y gritó “´ ¡Detente!”, luego explicó a ambos hombres lo que había sucedido. Ambos quedaron atónitos ante la imagen del Cristo parlante y luego se marcharon dando la discusión por terminada. Leyendas de noruega Luego de este episodio el verdadero Cristo volvió y criticó a Haakón por su comportamiento, el ermitaño respondió ofuscado preguntando si debía dejar que tal injusticia se llevara a cabo, a lo que Cristo respondió que el dinero de ricachón estaba destinado a malas obras, el pobre que se lo había llevado en verdad lo necesitaba y le sería de ayuda, mientras que el joven que iba a ser injustamente encarcelado se hubiera salvado así del hundimiento del barco en el que ahora viajaba.