Un antiguo proverbio indio dice que cada uno de nosotros es una casa con cuatro habitaciones: una física, una mental, una emocional y una espiritual. La mayoría de nosotros tendemos a vivir en una habitación la mayor parte del tiempo. Pero hasta que no vayamos a todas las habitaciones, todos los días, incluso sólo para ventilarlas, no seremos personas completas.