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PEDRO MARTINEZ: La increíble leyenda del origen de los Pirineos...

La increíble leyenda del origen de los Pirineos

Cuentan que el rey Tubal fue el primer rey de la península Ibérica. Y este rey, respetado y admirado por muchos, tenía una hermosa hija, Pirene, a la que nombró cuidadora de las aguas.

Cada día, la hermosa muchacha paseaba por los bosques para vigilar que los riachuelos fluyeran con normalidad y que nada perturbara la paz de aquel maravilloso lugar.

Un día, Hércules pasó por allí, después de uno de sus 12 trabajos, y se enamoró al instante de Pirene. Ella también correspondió a su amor. Pero cuando fueron a hablar con Tubal, éste se opuso a la unión.

– ¡Por nada dejaré que te cases con Hércules!- dijo enfadado Tubal.

Y para separar a la pareja, desterró a Hércules, prohibiéndole regresar en ningún momento. La joven, por su parte, cayó en una profunda melancolía, y por más atractivos guerreros que intentaban ganarse su amor, ninguno lo conseguía.

Un día, uno de estos pretendientes, el horrible Gerión, monstruo de tres cabezas, cansado de tantos desplantes, incendió el bosque en donde Pirene vivía, y la joven, que no quería abandonar su hogar, murió en el incendio.

Hércules, al enterarse, regresó de su destierro y enterró a la hermosa Pirene en el mismo lugar en donde la vio por primera vez, paseando entre inmensos árboles y frescos arroyos.

Sobre su tumba, colocó unas enormes piedras para formar un mausoleo en su honor. Pero su tristeza era tan grande, que no podía parar de amontonar piedra sobre piedra. A cada cual más grande. Las rocas comenzaron a formar montañas y las montañas, una cordillera.

Fue así cómo nació una nueva cadena montañosa, a la que todos empezaron a llamar Pirineos, en honor al recuerdo de Pirene.