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PEDRO MARTINEZ: leyenda India del Himalaya, del jazmín y por qué esta...

leyenda India del Himalaya, del jazmín y por qué esta flor huele por la noche

Cuentan que hace mucho, muchísimo tiempo, una bella princesa hindú se enamoró del dios del Sol, Surya Deva. Pero este dios, a pesar de la inmensa belleza y grandes dones de la princesa, era muy vanidoso, y rechazó su amor.

La princesa entonces cayó en una profunda melancolía que le llevó a una terrible depresión. Destrozada por el dolor de un amor imposible, decidió quitarse la vida.

La corte acordó entonces esparcir sus cenizas por el suelo de la montaña donde ella solía pasear y llorar sus penas. El lugar donde se enamoró del dios Sol. Entonces fue cuando, de pronto, de las cenizas, comenzó a crecer una nueva planta, que jamás antes había visto nadie. Los delgados y esbeltos tallos verdes estaban salpicados de pequeñas flores blancas, que sin embargo, permanecían cerradas durante el día y abrían para expulsar un profundo aroma solo por la noche, justo cuando el sol se retiraba.

Y así es como tenía que ser: el causante de la muerte de la bella princesa había sido el dios Sol, así que las flores que nacieron de las cenizas de la joven, solo abrirían en su ausencia. Desde ese momento, todos comenzaron a llamar a esa nueva, delicada y extraña flor, Jazmín, que además se convirtió en la flor sagrada del dios hindú del amor, Kama.

Otra leyenda del jazmín, esta vez, árabe
Existe otra leyenda de esta flor milenaria (aunque la principal es la leyenda India). En esta ocasión, es una leyenda árabe, que cuenta la historia de una joven y bella beduina, de nombre, Jazmine. Como vivía en el desierto, siempre cubría su rostro con numerosos velos para protegerse del sol. Entonces, un príncipe sintió tanta curiosidad, que decidió casarse con ella.

Ya una vez en el palacio, todos pudieron admirar la increíble belleza de su rostro. Pero la joven no podía aguantar esos muros, necesitaba vivir libre, dormir bajo el cielo estrellado, al aire libre… y un día, se escapó de allí. Corrió hacia el desierto y una vez que encontró un oasis, se quitó los velos que cubrían su rostro. El sol, entonces, la vio por primera vez, y al contemplar tanta belleza, decidió transformarla en flor. Pero Jazmine, entonces, buscó la forma de castigar al sol. Solo abriría sus hermosas flores cuando él no estuviera presente, por la noche. Y así es como dice esta leyenda del jazmín que nació esta admirada flor.