PEDRO MARTINEZ: Cuenta una historia que cuando el día se marchó perdiéndose...

Cuenta una historia que cuando el día se marchó perdiéndose en el horizonte allá en donde el cielo se confunde con el mar, salieron las estrellas a jugar al patio del Palacio Celeste. Jugaban a formar figuras caprichosas, para reírse de unos pequeños seres que se maravillaban al verlas. Pero una joven estrella se burló tanto de estas criaturas, que despertó a Destino de su milenario sueño, haciendo que la libertad de que gozaban todos en el universo cayera completamente bajo el dominio de tal cruel dictador.
Desde entonces, el Padre de todas las Cosas castigó a la joven estrella, haciendo que trabajara por siempre para esos pequeños seres de los cuales se burló, iluminándoles sus vidas cada vez que el día se marchara perdiéndose en el horizonte, allá en donde el cielo se confunde con el mar.