Leyenda Tristán e Isolda
En la Edad Media, Tristán era uno de los caballeros de la Mesa Redonda. Vivió decenas de aventuras y desventuras con Isolda, una joven princesa que, por ejemplo, le curó sus heridas tras luchar contra Morholt, el tío de la chica. Isolda estaba prometida con Mark de Cornualles, tío de Tristán. Ambos, Tristán e Isolda, bebieron por error una poción de amor y, como consecuencia, se enamoraron apasionadamente. Las consecuencias de este amor fueron una serie de adversidades.
Muchos literatos escribieron sobre esta historia de amor y, según leamos una u otra versión, el final es diferente. Sea como sea, la leyenda de Tristán e Isolda es una de las más importantes creaciones poéticas que se han escrito nunca. Una historia medieval de amor entre dos cortesanos.
Dentro de las leyendas del Rey Arturo, cuenta la historia de amor entre un joven llamado Tristán y una princesa irlandesa llamada Isolda. Fue escrita por varios autores en el siglo XII. Tristán fue educado por sus hermanastros. A los siete años, un escudero se hizo cargo de su enseñanza. Años más tarde, Tristán fue raptado por unos mercaderes de Noruega y abandonado en el mar.
Llegó a Cornualles, donde le apreciaron mucho por su formación como guerrero. Luchó contra un enemigo de Irlanda pero acabó herido por un arma envenenada. Llegó hasta una bella dama que lo curó, Isolda, que era también la sobrina de su gran enemigo, Morholt. Cuando se recuperó de sus heridas, huyó a Cornualles. Allí, el rey de Irlanda había ofrecido la mano de su hija, Isolda, al caballero que consiguiera vencer a un terrible dragón que estaba atemorizando al pueblo.
Fue Tristán quien lo venció, pero no sin antes envenenarse a través de una de las garras del dragón. Su cuerpo cayó en el camino y hasta allí llegó otro caballero que se quiso atribuir el mérito cogiendo la cabeza del dragón y pidiendo la mano de Isolda. De nuevo, Isolda acogió a Tristán para curarlo del veneno y poder demostrar que él había sido el vencedor, pero se dio cuenta de que era él quien había matado a su tío Morholt.
A ella no le importó y aun así quiso casarse con él, aunque ya estaba comprometida con el rey Marco. Por eso mismo, la historia de estos amantes acabó trágicamente cuando ambos toman una poción venenosa por error.
En la Edad Media, Tristán era uno de los caballeros de la Mesa Redonda. Vivió decenas de aventuras y desventuras con Isolda, una joven princesa que, por ejemplo, le curó sus heridas tras luchar contra Morholt, el tío de la chica. Isolda estaba prometida con Mark de Cornualles, tío de Tristán. Ambos, Tristán e Isolda, bebieron por error una poción de amor y, como consecuencia, se enamoraron apasionadamente. Las consecuencias de este amor fueron una serie de adversidades.
Muchos literatos escribieron sobre esta historia de amor y, según leamos una u otra versión, el final es diferente. Sea como sea, la leyenda de Tristán e Isolda es una de las más importantes creaciones poéticas que se han escrito nunca. Una historia medieval de amor entre dos cortesanos.
Dentro de las leyendas del Rey Arturo, cuenta la historia de amor entre un joven llamado Tristán y una princesa irlandesa llamada Isolda. Fue escrita por varios autores en el siglo XII. Tristán fue educado por sus hermanastros. A los siete años, un escudero se hizo cargo de su enseñanza. Años más tarde, Tristán fue raptado por unos mercaderes de Noruega y abandonado en el mar.
Llegó a Cornualles, donde le apreciaron mucho por su formación como guerrero. Luchó contra un enemigo de Irlanda pero acabó herido por un arma envenenada. Llegó hasta una bella dama que lo curó, Isolda, que era también la sobrina de su gran enemigo, Morholt. Cuando se recuperó de sus heridas, huyó a Cornualles. Allí, el rey de Irlanda había ofrecido la mano de su hija, Isolda, al caballero que consiguiera vencer a un terrible dragón que estaba atemorizando al pueblo.
Fue Tristán quien lo venció, pero no sin antes envenenarse a través de una de las garras del dragón. Su cuerpo cayó en el camino y hasta allí llegó otro caballero que se quiso atribuir el mérito cogiendo la cabeza del dragón y pidiendo la mano de Isolda. De nuevo, Isolda acogió a Tristán para curarlo del veneno y poder demostrar que él había sido el vencedor, pero se dio cuenta de que era él quien había matado a su tío Morholt.
A ella no le importó y aun así quiso casarse con él, aunque ya estaba comprometida con el rey Marco. Por eso mismo, la historia de estos amantes acabó trágicamente cuando ambos toman una poción venenosa por error.