El músico que descubrió un nuevo planeta
Hace ya un tiempo vivió un señor llamado William Herschel que era músico, como su padre. William tenía tanto talento que se convirtió en profesor de música y organista. Era tan bueno que incluso llegó a ser director de orquesta.
Un día William compró un libro de astronomía que le cambió la vida. La astronomía es la ciencia que estudia el universo, con sus planetas, estrellas y otros objetos celestes. Esto enamoró a William de tal modo que decidió investigar más y más. Y es que, por aquel entonces, todavía no se sabía tanto como ahora sobre el universo.
William sentía tanta pasión por saber más sobre lo que había en el universo que empezó a diseñar y construir sus propios telescopios para ver más lejos. Incluso llegó a crear telescopios más potentes que los que tenían los astrónomos de su tiempo.
William trabajó duro durante años para poder ver y analizar lo que había en el universo, y se pasaba las noches observando y anotando lo que veía a través de sus telescopios.
Una noche William encontró en el firmamento un objeto celeste que no pudo identificar. Al principio, William pensó que era un cometa. Pero la idea no le terminaba de convencer, así que miró y miró hasta que descubrió algo increíble.
¡Aquel cuerpo celeste no era un cometa, sino un planeta desconocido! El nuevo planeta brillaba con intensidad y se movía muy despacio.
- ¡Dichoso pedrusco redondo! -exclamó William-. Ese disco que tienes alrededor es lo que me ha hecho confundirte con un cometa. Pero tendré que observarte con más calma, por si acaso. De momento te pondré nombre. Te llamaré Urano.
William observó el nuevo planeta durante varias noches hasta que, por fin, llegó a la conclusión de que había descubierto el séptimo planeta del Sistema Solar, junto con Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno.
Pero, ¿qué pasa con el planeta Neptuno?
William Herschel vio el planeta Urano por primera vez el 13 de marzo de 1781. Pero su telescopio, a pesar de ser muy moderno, todavía no era suficientemente potente. No fue hasta 65 años después, el 23 de septiembre de 1846, cuando se descubrió el planeta Neptuno. Pero eso es otra historia.
Hace ya un tiempo vivió un señor llamado William Herschel que era músico, como su padre. William tenía tanto talento que se convirtió en profesor de música y organista. Era tan bueno que incluso llegó a ser director de orquesta.
Un día William compró un libro de astronomía que le cambió la vida. La astronomía es la ciencia que estudia el universo, con sus planetas, estrellas y otros objetos celestes. Esto enamoró a William de tal modo que decidió investigar más y más. Y es que, por aquel entonces, todavía no se sabía tanto como ahora sobre el universo.
William sentía tanta pasión por saber más sobre lo que había en el universo que empezó a diseñar y construir sus propios telescopios para ver más lejos. Incluso llegó a crear telescopios más potentes que los que tenían los astrónomos de su tiempo.
William trabajó duro durante años para poder ver y analizar lo que había en el universo, y se pasaba las noches observando y anotando lo que veía a través de sus telescopios.
Una noche William encontró en el firmamento un objeto celeste que no pudo identificar. Al principio, William pensó que era un cometa. Pero la idea no le terminaba de convencer, así que miró y miró hasta que descubrió algo increíble.
¡Aquel cuerpo celeste no era un cometa, sino un planeta desconocido! El nuevo planeta brillaba con intensidad y se movía muy despacio.
- ¡Dichoso pedrusco redondo! -exclamó William-. Ese disco que tienes alrededor es lo que me ha hecho confundirte con un cometa. Pero tendré que observarte con más calma, por si acaso. De momento te pondré nombre. Te llamaré Urano.
William observó el nuevo planeta durante varias noches hasta que, por fin, llegó a la conclusión de que había descubierto el séptimo planeta del Sistema Solar, junto con Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno.
Pero, ¿qué pasa con el planeta Neptuno?
William Herschel vio el planeta Urano por primera vez el 13 de marzo de 1781. Pero su telescopio, a pesar de ser muy moderno, todavía no era suficientemente potente. No fue hasta 65 años después, el 23 de septiembre de 1846, cuando se descubrió el planeta Neptuno. Pero eso es otra historia.