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PEDRO MARTINEZ: LEYENDAS GRANAINAS. La fuente y el judío usurero....

LEYENDAS GRANAINAS. La fuente y el judío usurero.

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo vivía en el Albaycin un anciano judío, este rico mercader, harto de pagar impuesto, decidió vender sus telas, joyas, e incluso la tienda que tenía en la Alcaecería para no tener que tributar...
Dedicándose al lucrativo negocio de la usuraria, por los que obtenía enormes ganancias debido a sus altos intereses.
Un día un pobre labrador, tuvo que acudir al judío usurero y empeñar su pequeña hacienda, pero debido a los intereses desmesurados el labrador tuvo que "ceder" su finca para poder pagar su deuda.
El usurero que tenía dinero como para comprar un pueblo entero, se mudó a dicha finca dejando al pobre labrador y a su familia en la calle.
Justo en frente de la hacienda en el monte de Valparaíso, había una fuente de la que brotaba un agua fresca, dulce y cristalina.
Misteriosamente cada vez que el usurero bebía de ese agua, se le despertaba un voraz apetito, tanto, que ni su avaricia podía impedir que comprara alimentos en cantidad.
Debido al gran derroche que le provocaba ese agua, el viejo usurero juró no beber más de esa fuente, pero observó que si no bebía de ella unos terribles dolores de estómago le torturaban, siendo el agua de esa fuente lo único que se los calmaba, claro que de nuevo tras beber agua volvía la gula y las comilonas.
Este avaro anciano no soportaba el gasto que le provocaba esa agua y optó por una solución drástica, se encerró en la hacienda y se colgó de una biga.
Si alguien duda de esta leyenda puede dirigirse al Cerro de San Miguel y probar el agua que allí brota y comprobará como su apetito crece desmesuradamente, ya que el líquido después de tantos años conserva aún la "virtud" que sirvió para castigar al avaro judío.