PEDRO MARTINEZ: Querido diario...

Querido diario

La señorita Cecy nos dijo que anotemos todos los días lo que más nos importa.
Asi que me presento: Yo soy Juan. Tengo diez años. Soy de River, porque mi papá es de Boca y no me quiero parecer a él.
Tengo una hermanita de tres años, que se llama Florencia y le decimos Flor.
Tengo una mamá que es una genia, se llama María Laura, pero no le gusta el primer nombre asi que todos le dicen Lau.
Mi papá se llama Juan. A mi me pusieron Juan por él. Cuando sea grande me voy a cambiar el nombre. Ahora no, porque Flor es muy chiquita y no lo va a entender.
Cuando llega fin de mes, voy con mi mamá y mi hermanita a golpear las manos en las casas lindas, y pedimos comida, porque con lo que gana mi mamá limpiando en lo de la patrona, no nos alcanza. También a veces pedimos ropa.
Mi mamá lleva a Flor en el cochecito, porque camina lento y se cansa.
A veces nos separamos, yo voy por una vereda, mamá y Flor por la otra.
La gente siempre me pregunta lo mismo. Si estoy pidiendo solo. Si mi papá trabaja. Si mi mamá me pega.
Siempre contesto que no estoy solo, que estoy con mi mamá, que mi papá no se si trabaja o no porque se fue de casa y no lo veo, que mi mamá no me pega.
A veces me dan comida, otras ropa, otras nada.
Hay gente que me da consejos. Algunos me dicen que vaya a la escuela, otros que le diga a mi papá que trabaje.
Algunas señoras me miran con lastima, y algunos señores con bronca. Es feo eso. Y me dá una re vergüenza.
Hoy fue raro.
Una señora me preguntó como te llamas. Re raro. A nadie le importa como se llama el pibito que pide.
Juan señora, le dije.
Me miró y sentí como cuando me mira mi mamá.
Escúchame Juan, te voy a dar fideos, puré de tomate, atún, y arroz. Pero eso es para cocinar. ¿Ahora tenés hambre?
¡Si doña! Un poco le dije, aunque tenía ganas de decirle que me comería cualquier cosa, hasta un pan solo.
Y que te gusta más, pepitos o chocolinas?
A mi las chocolinas, doña. A mi hermana las pepitos. Asi que si me va a dar galletitas deme esas. Que yo como igual. La señora me dijo esperame un cachito Juan. Ahi te traigo la bolsa. Y te voy a dar un alcohol en gel. ¿Sabes como se usa no?
¡Si señora! Le contesté. La seño nos explicó que hay que usarlo antes de comer y de tocarnos la cara.
Genio Juan. La tenes re clara me contestó, entró a su casa y enseguida salió con una bolsa donde se veía un paquete de fideos y en la mano un paquete de pepitos y uno de chocolinas. Me dijo las choco para vos y las otras para tu hermanita. Convidale a mamá.
Y escuchame Juan, si mamá te dice que no tiene hambre, dale igual. Las mamás a veces decimos que no queremos, pero nos aguantamos para que los hijos coman más. Y a tu mami se la ve cansada. Con unas galles va a estar mejor.
Me pasó la mano por la cabeza y me dijo chau Juan. Si otra vez andan por acá pasá.
Fue re raro diario. Crucé enfrente y le conté a mamá. Y lo más raro fue que le dije queres una galle má? Y me dijo no Juancito no tengo hambre. Comé vos. Igual que como me dijo la doña.
Asi que le insistí y le dije, si vos no comes yo tampoco. Ahi recien comió. Mientras Flor no paraba con las pepitos.
¿Cómo se llama la señora? me preguntó mamá. Y me di cuenta que no sabía.
Solo me aprendí la dirección por si otra vez se nos acaba la comida.
Y porque hoy por primera vez me gustó mi nombre. Juan. No como mi papá. Sino como yo. Juan, el que la tiene clara y le convida chocolinas a su mamá.