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PEDRO MARTINEZ: A TODA PRISA...

A TODA PRISA

Cierta vez, un conductor se desplazaba por una autopista a una velocidad excesivamente alta, cuando, de repente justo después de una curva aparece un hombre parado en medio de la vía, haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante.
El conductor, sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino. Pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de que parase con sus brazos.
Debe de estar loco, dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chirrido de neumáticos y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el coche antes de chocar a aquel hombre. Muy enfadado, se bajo del coche y, cerrando la puerta, se dirigió hacia el hombre y le dijo: Acaso no tienes ojos? No ves lo peligrosa que es esta carretera y te atraviesas en ella como si nada? O acaso eres un loco para no ver el peligro que corres?
No, señor, no estoy loco, le contesto el individuo. Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva, por efectos de la tormenta, acaba de derrumbarse; y sabía que, si no hacia algo, usted, en este momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya.
Casi siempre, las cosas tienen un porqué!, y muchas veces hablamos y juzgamos antes de tiempo.