CONTROVERSIAS
Había un joven devoto que creía que la vida de retiro no tiene por qué ser triste y solemne. Consideraba a todos los alumnos como sus hermanos pequeños y estaba siempre bromeando con ellos. Pero un día, un grupo místico pasó por allí y, al percatarse del griterío y risas que producía, acudieron ante su superior para quejarse, ya que consideraban que aquel no era modo de enseñar. Este llamó al joven y le puso al corriente de las quejas de los místicos. «Cambiaré de método, pero será lo mismo», dijo. « ¿Cómo que será lo mismo?», preguntó sorprendido su superior. «Venerable amo, ya lo veréis », concluyó.
El joven cambió el sistema de enseñanza: todos tenían que guardar silencio, permanecer estoicamente en postura de meditación y jamás sonreír. Los místicos pasaron otra vez por allí y se asombraron tanto por la severidad y rigidez de este nuevo método que volvieron a quejarse ante su superior. Este llamó al joven de nuevo y le dijo: «Tenías razón. Enseña cómo quieras y no te dejes influenciar por controversias». El joven, obviamente, volvió a su anterior modo de mostrar la doctrina. Esta historia nos enseña que, hagas lo que hagas, te van a criticar, así que haz las cosas a tu manera dando siempre lo mejor de ti.
Había un joven devoto que creía que la vida de retiro no tiene por qué ser triste y solemne. Consideraba a todos los alumnos como sus hermanos pequeños y estaba siempre bromeando con ellos. Pero un día, un grupo místico pasó por allí y, al percatarse del griterío y risas que producía, acudieron ante su superior para quejarse, ya que consideraban que aquel no era modo de enseñar. Este llamó al joven y le puso al corriente de las quejas de los místicos. «Cambiaré de método, pero será lo mismo», dijo. « ¿Cómo que será lo mismo?», preguntó sorprendido su superior. «Venerable amo, ya lo veréis », concluyó.
El joven cambió el sistema de enseñanza: todos tenían que guardar silencio, permanecer estoicamente en postura de meditación y jamás sonreír. Los místicos pasaron otra vez por allí y se asombraron tanto por la severidad y rigidez de este nuevo método que volvieron a quejarse ante su superior. Este llamó al joven de nuevo y le dijo: «Tenías razón. Enseña cómo quieras y no te dejes influenciar por controversias». El joven, obviamente, volvió a su anterior modo de mostrar la doctrina. Esta historia nos enseña que, hagas lo que hagas, te van a criticar, así que haz las cosas a tu manera dando siempre lo mejor de ti.