EL RATONCITO INEXPERTO
Un ratón muy joven, que nunca había visto mundo, salió de su madriguera a explorar. ¡Pero menudo susto se llevó durante su primer paseo! «Al doblar la esquina vi a dos extrañas criaturas. Una con una mirada amable y sincera. Y la otra resultó ser monstruosa. En la cabeza y el cuello colgaban trozos de carne roja cruda. Caminaba inquieto y, cuando me vio, abrió su boca puntiaguda como si me fuera a tragar y dejó escapar un rugido que me aterrorizó. Por su culpa no pude conocer a la otra criatura. Tenía un pelaje grueso y aterciopelado, una cara tierna y una mirada hermosa. Agitó su cola y me sonrió. Estoy seguro de que iba a hablarme cuando el primer monstruo me gritó y corrí para salvar mi vida», le explicó a su madre.
–Hijo, esa gentil criatura que viste no era otra que un gato, quien solo busca comernos. El otro era un gallo de corral que nunca haría daño a nadie. Aprende bien la lección: nunca juzgues a los demás por su aspecto.
Un ratón muy joven, que nunca había visto mundo, salió de su madriguera a explorar. ¡Pero menudo susto se llevó durante su primer paseo! «Al doblar la esquina vi a dos extrañas criaturas. Una con una mirada amable y sincera. Y la otra resultó ser monstruosa. En la cabeza y el cuello colgaban trozos de carne roja cruda. Caminaba inquieto y, cuando me vio, abrió su boca puntiaguda como si me fuera a tragar y dejó escapar un rugido que me aterrorizó. Por su culpa no pude conocer a la otra criatura. Tenía un pelaje grueso y aterciopelado, una cara tierna y una mirada hermosa. Agitó su cola y me sonrió. Estoy seguro de que iba a hablarme cuando el primer monstruo me gritó y corrí para salvar mi vida», le explicó a su madre.
–Hijo, esa gentil criatura que viste no era otra que un gato, quien solo busca comernos. El otro era un gallo de corral que nunca haría daño a nadie. Aprende bien la lección: nunca juzgues a los demás por su aspecto.