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PEDRO MARTINEZ: CUANDO UNO SE AHOGA...

CUANDO UNO SE AHOGA

En uno de esos cruceros que recorren el Mediterráneo un hombre cayó al agua. No sabía nadar y, desesperado, comenzó a gritar para pedir ayuda. Los posibles rescatadores estaban en la cubierta y fueron testigos del incidente.
El primero buscó en su mochila y sacó un libro con las instrucciones para aprender a nadar, se lo lanzó y le dijo: “Sigue las instrucciones y estarás a salvo”.
El segundo se lanzó al agua y comenzó a nadar a su alrededor y le dijo: “Mira como nado. Haz lo que yo hago y estarás a salvo”.
¡El tercero le gritó: “Aguanta un poco, amigo. La ayuda ya viene. Vamos a crear un comité y estudiaremos tu problema y si encontramos la financiación solucionaremos tu problema”.
El cuarto testigo le decía: “Amigo, la situación no es tan mala como parece. Piensa en positivo”.
Finalmente un hombre se lanzó al mar, arriesgó su vida y sacó al hombre del agua sano y salvo.
La mayoría de los hombres, arrojados del paraíso a este mundo hostil, pasamos la vida buscando soluciones a nuestros problemas. Muchos hablan. Unos pocos actúan.