PEDRO MARTINEZ: EL ZAR Y EL HALCÓN...

EL ZAR Y EL HALCÓN

Cierto día, el zar de Rusia se fue de cacería con un halcón. Después de haber caminado mucho le entró sed y, llevando sobre un brazo a su halcón predilecto, se alejó a caballo en busca de una fuente. Buscó hasta que encontró una vena de agua que goteaba lentamente de una roca. Puso una copa bajo aquel diminuto manantial y esperó a que se llenara. Después trató de beber el agua recogida, pero el halcón se agitó y, con un golpe de ala derramó la copa. De nuevo, el zar llenó el recipiente y trató de llevárselo a la boca, pero también está vez, el halcón, revoloteando alrededor, tiró la copa. El zar la llenó por tercera vez, pero, en el momento de beber, el halcón se lanzó encima esparciendo el agua. El zar, encolerizado, cogió al halcón por el cuello y lo mató. Y cuando estaba a punto de llenar otra vez la copa, uno de sus siervos llegó al galope y le gritó alarmado: « ¡No beba esa agua, Majestad! ¡Está envenenada!». El zar arrojó lejos la copa y un velo de lágrimas cubrió su mirada.
– ¡Cuántos errores cometemos a causa de la falta de reflexión!–dijo con amargura, recogiendo del suelo a su amigo muerto–. Mi halcón me ha salvado la vida tres veces y mirad cómo se lo he recompensado.