PEDRO MARTINEZ: EL MONO Y LAS LENTEJAS...

EL MONO Y LAS LENTEJAS

Un hombre transportaba un saco de lentejas de un pueblo a otro. Hacía un calor insoportable, por lo que a mitad de camino se paró a descansar y disfrutar de la sombra que le brindaban unos frondosos árboles. Rápidamente se quedó dormido. En el bosque habitaba un revoltoso mono, el cual, nada más ver ese enorme saco al lado del hombre, no se pudo resistir. Lo abrió, cogió un gran puñado de lentejas, se subió al árbol y, sentado en una rama, se dispuso a disfrutar del manjar robado. Pero, accidentalmente, se le escurrió una lenteja de la mano y cayó al suelo. Aunque tenía suficientes para darse un buen atracón, el mono, sin querer desperdiciar ninguna, bajó a toda velocidad para recuperarla. Sin embargo, con las prisas, tropezó con una rama, y todas las lentejas que llevaba en su puño cerrado se desparramaron. El hombre, al sentir que le caían las lentejas a la cara, se despertó, las recogió todas, las metió en el saco, lo cerró bien y, cargándoselo a la espalda, continuó su camino. Y el mono, por ser ambicioso, lo perdió todo.
A veces tenemos cosas que creemos seguras, pero, por querer tener más, lo arriesgamos todo y nos quedamos sin nada.