PEDRO MARTINEZ: ¿A que no lo sabias?...

¿A que no lo sabias?

¿Te has fijado en las piedras que se encuentran en las vías del tren?
Esas piedras no están ahí solo por relleno; tienen un propósito crucial.
Se llaman balasto ferroviario y están compuestas por pequeños fragmentos de cuarcitas, basaltos y granitos de entre 3 y 7 centímetros.
Estas piedras distribuyen la carga de los rieles y trenes, evitando la deformación del suelo y reduciendo el riesgo de descarrilamientos.
Además, el balasto absorbe y disipa las vibraciones generadas por el movimiento de los trenes, evitando que se propaguen a largas distancias.
También facilita el drenaje del agua, previniendo inundaciones en las vías.
Su función es fundamental para la seguridad y estabilidad del sistema ferroviario.