BUSCANDO TU PROPIA CASA
Érase una vez un hombre que estaba de vuelta de la vida. Harto de todo. Así que decidió dejar su pueblo natal y se puso en camino en busca de la ciudad perfecta, la ciudad mágica. Allí, pensaba, todo sería diferente, nuevo, hermoso y lleno de recompensas.
En su viaje llegó a un bosque. Se acomodó para pasar la noche y comió un bocado. Antes de dormir se quitó los zapatos y con mucho cuidado los colocó señalando la dirección que iba a tomar a la mañana siguiente.
Mientras dormía pasó por allí un bromista y cambió los zapatos de dirección. Cuando nuestro hombre se despertó se calzó y continuó su viaje hacia la ciudad mágica.
Después de muchos días llegó a la ciudad mágica. Sin embargo no era tan grande como la había imaginado.
Encontró una calle conocida, llamó a una puerta conocida, saludó a una familia conocida y allí se quedó y vivió muy feliz y para siempre.
Nosotros andamos también
Érase una vez un hombre que estaba de vuelta de la vida. Harto de todo. Así que decidió dejar su pueblo natal y se puso en camino en busca de la ciudad perfecta, la ciudad mágica. Allí, pensaba, todo sería diferente, nuevo, hermoso y lleno de recompensas.
En su viaje llegó a un bosque. Se acomodó para pasar la noche y comió un bocado. Antes de dormir se quitó los zapatos y con mucho cuidado los colocó señalando la dirección que iba a tomar a la mañana siguiente.
Mientras dormía pasó por allí un bromista y cambió los zapatos de dirección. Cuando nuestro hombre se despertó se calzó y continuó su viaje hacia la ciudad mágica.
Después de muchos días llegó a la ciudad mágica. Sin embargo no era tan grande como la había imaginado.
Encontró una calle conocida, llamó a una puerta conocida, saludó a una familia conocida y allí se quedó y vivió muy feliz y para siempre.
Nosotros andamos también