OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

PEDRO MARTINEZ: Ella está llorando en una parada de autobús, sosteniendo...

Ella está llorando en una parada de autobús, sosteniendo a un pequeño bebé envuelto en un paño blanco.
Tiene el ojo morado y le duelen las piernas.
Tiene miedo porque está sola en una parada de autobús por la noche y, lo peor de todo, está con su hijo pequeño.
Un taxi pasa cerca de la parada del autobús, la ventanilla baja y el taxista dice:
-- " ¡Hola señorita! ¿Estás sola en esa parada de autobús a esta hora de la noche? "
Ella dijo:
-- " ¡Sí, estoy esperando el autobús, quiero ir a la casa de mi madre!"
El taxista abrió la puerta del taxi y dijo:
-- " ¡Entra, te llevaré allí!"
Ella dijo:
-- " ¡Pero no tengo suficiente dinero para pagarte!"
Él sonrió y dijo:
-- " ¡Sin problemas! ¡Yo te llevo, no te preocupes por el dinero!"
Una vez dentro del taxi, ella sostenía al bebé en sus manos.
El taxista sabía que ese ojo morado definitivamente era su esposo quien lo hizo, y él sabía que ella buscaba la paz yendo a la casa de su madre.
Así que se quedó callado, no hizo preguntas, solo se concentró en conducir el taxi.
Pero de repente dice:
-- " ¡Y tu padre! ¿Lo conociste?"
Ella mirando la ventana de la izquierda respondió:
-- "Nunca lo conocí, mi madre dijo que era taxista."
El hombre abrió una sonrisa feliz, se frotó el bigote y dijo:
-- " ¡Así que tenía la misma profesión que yo eh!"
Ella tomó un biberón y comenzó a amamantar al bebé.
Ella respondió:
-- "Sí, pero murio a los 44 años, yo tenia 1 año cuando paso esto."
El taxista comenzó a llorar, las lágrimas corrían por su rostro.
El taxi se detuvo en la puerta de la casa de la madre de la mujer, ella se bajó del taxi con el bebé en brazos.
Fue entonces cuando se dio cuenta de algo extraño:
-- "Si no le dije, ¿cómo supo dónde vivía mi madre?" Ella se preguntó.
Cuando se dio la vuelta, el taxista cerró la puerta y dijo:
-- " ¡Buena suerte Amanda, me encantó ver a mi nieto!" Arrancó el taxi y se fue por la calle oscura y fría.
Ella se sobresaltó, luego sonrió y con lágrimas en los ojos habló.
-- “También fue bueno verte papá, ¡gracias!”