Se cuenta qué un día, un cazador en una noche muy fría, salió muy decepcionado a buscar la muerte, ya que no tenía suerte en el amor y en esa noche de invierno, se topó con una hembra de coyote que estaba a punto de dar a luz.
El hombre sobresaltado de la impresión de ver a la coyote, pensó que lo atacaría, pero la pobre coyote pensó lo mismo, apenas tenía fuerzas para ponerse en pie.
El hombre dándose cuenta de la situación, decide ayudarla cubriéndola con las pocas cobijas que llevaba, pero eran insuficientes. El frío se recrudeció y empezó a caer la nieve.
Entre gruñidos y gemidos de dolor, salió el primer coyotito... después el segundo, el pobre hombre se echó las cobijas en la espalda y abrazó a la coyote que temblaba. Los coyotitos lloraban del hambre y del frío.
El hombre pensó que no lograría salvarlos, la nieve los tapó por completo, estaban totalmente cubiertos y no se veían, al final la tormenta cesó.
El cielo se despejó y la luna apareció, era una escena sin igual, la coyote cansada por el parto, quedó dormida junto con sus hijos ya que el hombre encima de ellos les proporcionó calor.
A la mañana siguiente la coyote despertó por el gruñir de sus coyotitos, los alimentó y se percató que el hombre no se movía.
Ella sabía que el hombre había dado la vida por ellos. El dios de los vientos, le dijo a la coyote que él buscaba amor porque no lo conocía y el hombre, pensó en sus últimos momentos qué jamás lo conocería.
Por su actuar, el dios de los bosques le dijo que podía estar en todas partes, en la nieve, los pinos, los arroyos, hasta en el mismo viento.
Recordando la coyote su amor hacia ella y a sus hijos, ellos aúllan en las noches, esperando verlo y decirle lo mucho que lo aman y lo quieren. Y darle las gracias por darles el regalo mas preciado que fue la vida --
El hombre sobresaltado de la impresión de ver a la coyote, pensó que lo atacaría, pero la pobre coyote pensó lo mismo, apenas tenía fuerzas para ponerse en pie.
El hombre dándose cuenta de la situación, decide ayudarla cubriéndola con las pocas cobijas que llevaba, pero eran insuficientes. El frío se recrudeció y empezó a caer la nieve.
Entre gruñidos y gemidos de dolor, salió el primer coyotito... después el segundo, el pobre hombre se echó las cobijas en la espalda y abrazó a la coyote que temblaba. Los coyotitos lloraban del hambre y del frío.
El hombre pensó que no lograría salvarlos, la nieve los tapó por completo, estaban totalmente cubiertos y no se veían, al final la tormenta cesó.
El cielo se despejó y la luna apareció, era una escena sin igual, la coyote cansada por el parto, quedó dormida junto con sus hijos ya que el hombre encima de ellos les proporcionó calor.
A la mañana siguiente la coyote despertó por el gruñir de sus coyotitos, los alimentó y se percató que el hombre no se movía.
Ella sabía que el hombre había dado la vida por ellos. El dios de los vientos, le dijo a la coyote que él buscaba amor porque no lo conocía y el hombre, pensó en sus últimos momentos qué jamás lo conocería.
Por su actuar, el dios de los bosques le dijo que podía estar en todas partes, en la nieve, los pinos, los arroyos, hasta en el mismo viento.
Recordando la coyote su amor hacia ella y a sus hijos, ellos aúllan en las noches, esperando verlo y decirle lo mucho que lo aman y lo quieren. Y darle las gracias por darles el regalo mas preciado que fue la vida --